Zurdok dio el mejor concierto de su carrera en el Teatro Metropólitan

Dos meses después de la presentación que marcó oficialmente el regreso de Zurdok a los escenarios, el viernes 30 de mayo el grupo regiomontano llegó al Teatro Metropólitan para tocar ahí por primera vez.

A pesar del mal clima, el tráfico y el caos característico de un viernes de quincena en la Ciudad de México, muchos fans emocionados llegaron desde temprano, aunque el cocnierto comenzó hasta las 21:00 horas.

A diferencia de su presentación en la pasada edición del Vive Latino, en esta ocasión Zurdok llegó con una mejor dinámica sobre el escenario entre sus integrantes gracias a los diferentes shows que han ofrecido desde aquél emotivo reecuentro.

En medio de los gritos, la emoción y los nervios de los presentes, las luces de un Metropólitan casi lleno se apagaron y una enorme manta blanca que estaba enfrente del escenario funcionó como una pantalla en la que primero aparecieron las sombras de los cinco músicos tomando sus instrumentos y luego se proyectaron las imágenes de Chetes, Maurizio Terracina y David Izquierdo.

El viaje nostálgico inició con “De llegar al final”, canción que se alargó y contó con nuevos arreglos, al igual que el resto de las que sonaron a lo largo de la noche. La manta que ocultaba a Zurdok, fue quitada durante “Abre los ojos” y a partir de ese momento se dio una interacción constante entre la agrupación y sus seguidores.

Ya que se trataba de una presentación tan especial, la banda estrenó visuales y cuido varios detalles de producción para tener algo extra que acompañara a la perfección cada uno de los temas que se tocaron en vivo.

Después de “Hombre sintetizador”, Chetes saludó a los asistentes y les agradeció por estar ahí. Luego de escuchar algunos de los temas más conocidos de los tres discos de estudio de Zurdok, llegó el momento de escuchar en directo “Amanecer”, incluido en el recopilatorio Gran salto.

Terracina cantó, Chetes tocó el piano y en algunas partes, Catsup tocó la guitarra acústica. “Amanecer” tiene muchas texturas y varios momentos que la hacen muy interesante en vivo, suena diferente al sonido característico del grupo y es un claro ejemplo de cómo ha evolucionado.

Al terminar “Azul oscuro”, se vivió uno de los momentos más ruidosos e intensos de la noche con “No encuentro la manera”, en la que de nuevo cantó Terracina, mientras que Chetes tocaba el pandero y hacía los coros.

“¿Quieren a Zurdok para siempre?”, preguntó un emocionado Chetes antes de que empezara “Para siempre”, canción en la cual tocó el piano y también lo hizo en la siguiente, “Así es”.

En “Bien o mal” y “Si quieres llegar muy lejos”, Terracina y Rojo intercambiaron lugares, así que el primero tocó la batería y el segundo tocó el bajo, oportunidad que aprovechó para decir que para él era un palcer estar ahí esa noche. Ambos músicos regresaron a sus respectivos instrumentos en “Si me advertí”.

Faltaba poco para que se terminara el concierto y en “Cuantos pasos”, salió nada más y nada menos que Alfonso André para cantar junto a Zurdok. El veterano músico e integrante de Caifanes, también tocó la batería en “Tropecé”.

Sin duda, una de las canciones más esperadas de la noche por muchos era “Gallito inglés” y al momento que la tocaron, todos en el Metropólitan se predieron y recordaron sus mejores épocas al saltar al ritmo de los pesados riffs y los fuertes golpes en la batería. Además, el grupo contó con la colaboración de Tino el Pingüino, quien le puso su propio estilo al tema e improvisó unas cuantas rimas.

El concierto llegó a su fin con “Sin explicación”, fue una gran noche en la que los integrantes de Zurdok y sus fans disfrutaron cada momento al máximo y en la que todos quedaron satisfechos.

Hay Zurdok para rato, su regreso es definitivo y eso es algo que nos emociona mucho. Mientras la banda sigue trabajando en cosas nuevas, nosotros nos quedaremos con el recuerdo del mejor concierto de su carrera hasta ahora.