Así es sopicuates, a los Estados Unidos les afloró el espíritu emprendedor (ya ven que es lo que está de moda) y crearon un proyecto para iniciar una «primavera cubana» a través de una red social parecida a Twitter llamada «Zunzuneo». Solo que, como a muchos emprendedores, se les cebó antes de que pudieran lograr alcanzar sus objetivos (no importa la cosa es no rendirse ¿verdad?). ¿En que consistía todo el plan? 

Una investigación hecha por AP reveló que nuestros vecinos del otro lado del Bravo estuvieron detrás de un proyecto para empujar a los jóvenes cubanos a la disidencia contra su gobierno. De esta manera crearon una especie de «Twitter cubano» a través de empresas de fachada que se constituyeron en secreto y que eran financiadas gracias a transacciones con bancos extranjeros.

El proyecto, que duró dos años, atrajo a decenas de miles de personas, y trató de evadir las fuertes restricciones que el régimen de los Castro ha impuesto sobre el acceso a internet.

Los usuarios nunca supieron  (hasta ahora) que su red social era parte de un proyecto que estaba vinculado al Departamento de Estado de los Estados Unidos y que los contratistas estadounidenses estaban (como siempre) reuniendo datos personales sobre ellos con la esperanza de que algún día esa información fuera utilizada con propósitos políticos (¡gringos, siempre pensando en todo!).

No se sabe si el proyecto es legal bajo las leyes estadounidenses, pero para que funcionara debía tener el consentimiento del señor presidente y el Congreso debía estar notificado. Los funcionarios de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) se negaron a decir si la Casa Blanca conocía el programa, pero la existencia de éste contradice las declaraciones de la propia USAID, que siempre había dicho que no participaba en acciones encubiertas, pues de hacerlo (o más bien, de ser esto descubierto) se entorpecería su labor de “asistencia a los pobres en otros países”, como ellos mismo la han denominado, cosa que no podrían hacer sin la confianza y la colaboración de los gobiernos de otros países (para que vean que estos no ayudan si no les conviene y tienen ganancias al respecto). 

La USAID estableció empresas fachada en España y cuentas bancarias en las Islas Caimán para ocultar las transacciones financieras, además de que intentaron contratar a altos ejecutivos de empresas privadas sin decirles que el proyecto estaba siendo financiado por los contribuyentes de los Estados Unidos (al parecer, mientras en México, los contribuyentes aquí les pagamos las redes de prostitución a los políticos, allá les pagan sus misiones secretas millonarias para derrocar gobiernos).

El nombre del proyecto era «Zunzuneo», proviene de ‘zunzún‘, palabra que utilizan los cubanos para denominar al colibrí. El Zunzuneo debutó después de que en 2009 hubiera sido arrestado un contratista estadounidense, Alan Gross, quien tenía a cargo otra misión secreta de la USAID para ampliar el acceso a Internet mediante el uso de tecnología avanzada a la que solo tenían acceso los gobiernos.

El Zunzuneo comenzó después de que Creative Associates International, una empresa con sede en Washington, consiguió medio millón de números de teléfonos móviles. No se sabe cómo los consiguieron, lo más probable es que haya sido ilegalmente, a través de una filtración de la empresa estatal de telefonía cubana. Esos números fueron utilizados para crear una base de suscriptores para que la red social pudiera ser lanzada.

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¿Qué se esperaba del Zunzuneo?

Lo primero que se quería era que la red creciera lentamente para que no fuera detectada por el gobierno cubano. Después, una vez ya reunida una considerable «masa crítica», los disidentes podrían convocar con en la red a encuentros masivos con poca antelación, para realizar una renegociación del equilibrio de poder entre el Estado y la sociedad.

Ernesto Guerra, un ciudadano cubano que estaba en la red, expresó:

«Fue algo maravilloso»

Y cuando le dijeron del proyecto estadounidense dijo:

«¿Cómo iba a saberlo? No tenía un letrero que dijera: Bienvenido a Zunzuneo, un proyecto de la USAID»

Los mensajes nunca fueron enviados a través de servidores en Estados Unidos. La red llegó a tener 40 mil suscriptores. Y varios documentos revelan que las autoridades cubanas trataron de rastrear los mensajes de texto y penetrar en el sistema de la red social. La red dejó de funcionar en septiembre del 2012.

Ernesto Guerra declaró al respecto:

«El momento en que Zunzuneo desapareció, quedó un vacío […] la gente me enviaba mensajes, ¿qué sucede con Zunzuneo? Al final, nadie sabe lo que pasó. Nunca supimos de dónde salió»

Por otro lado, el senador demócrata Patrick Lehay expresó su preocupación ante las revelaciones:

«Existe el riesgo de que cubanos jóvenes usasen el servicio en sus teléfonos móviles sin saber que era una actividad financiada por el gobierno de Estados Unidos […] También está la naturaleza clandestina del programa, de lo que no se informó a la Subcomisión de Asignaciones que tiene la responsabilidad de hacer supervisión. Y también tenemos el hecho de que el servicio comenzó a operar poco después del arresto de Alan Gross, subcontratista de la USAID que fue enviado a Cuba a ofrecer el acceso de los ciudadanos a la Internet».

El gobierno cubano se abstuvo de hacer declaraciones.

Estados Unidos y Cuba

Una de las grandes fotos que se tomaron en los funerales de Mandela fue la de Obama saludando fraternalmente a Raúl Castro, actual presidente de Cuba. La imagen de Castro con Obama fue solo un inicio de un relajamiento (tímido pero constante) del régimen cubano, su apertura al mundo (tienen ya pláticas con la Unión Europea) y su reintegración a Latinoamérica. Desde ese día se esperaba una mejoría en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos…. pero tal vez ya no pase.

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¿Qué podemos pensar de todo esto?

Sin duda, podemos calificar de reprobable el comportamiento del gobierno estadounidense, la cosa es que ellos solo están dando los medios (que ya es bastante).

Es como lo que pasó en Ucrania. Le das los medios a los disidentes y ellos se organizan, prácticamente no estas metiéndose tanto en la situación, no estás obligando a nadie a hacer nada, sino que, como buenos políticos, aprovechan la situación para que les beneficie (siembran y esperan a obtener frutos).

Supongamos que hay una parte de la sociedad que está enojada, sea un sector de moral conservadora, o un sector que piensa en otra opción económica para el país, etcétera y que se sienten agredidos con las políticas actuales de su país, y le das los medios para que se organicen y protesten (y hasta destituyan a sus gobiernos). Solo te queda esperar y, al final, negociar con los nuevos gobiernos, las nuevas administraciones o los regímenes debilitados. Si ves que lo que iniciaste no te va a beneficiar o que el régimen en cuestión maneja esta herramienta de manera inteligente (o peor, le vale y comienza a reprimir violentamente), entonces denuncias internacionalmente, clamas por los derechos humanos y al final ya tienes una excusa para intervenir al país en cuestión, ahora sí, en forma (recordemos el caso de Siria).

¿Se dan cuenta de que para que este malévolo plan funcione antes deben tener una parte de la sociedad molesta con su gobierno? Si esa parte del pueblo no se sintiera tan oprimida, los estadounidenses no podrían llegar a meter su cucharota, así, no es que llegue Estados Unidos a iniciar un movimiento, sino que aprovecha el resentimiento de un sector de la población que se considera aplastado bajo el régimen actual. Así, también es por parte de un descuido (a veces grave) de los regímenes, que Estados Unidos puede aprovecharse de la situación.

¿Qué queremos decir? Que si la situaciones en varios países llegaron a donde llegaron (reproduciendo una especie de Guerra Fría 2.0 -ahora es bajo el capitalismo-) es, en gran medida, por culpa de regímenes represores, los cuales han fallado mucho a la hora de hacer negociaciones y que, gracias a eso, han provisto herramientas y excusas al imperio estadounidense para irse a meter en sus respectivos países.  Claro que Estados Unidos no debería intervenir en todos los lugares donde unos cuantos lo llaman, pero si los gobernantes del mundo ven que los estadounidenses se están metiendo en todos lados ¿no deberían considerar estrategias que eviten darle este tipo de excusas al Tío Sam para meterse en sus asuntos internos?

***Vía El Universal, Reforma

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