Luego de ser acusado de no pagar los respectivos seguros de vida de al menos 3 mil viudas de ex miembros del Sindicato de Trabajadores de Ferrocarriles de México, el líder Víctor Flores Morales llegó a la capital de Aguascalientes para ofrecer unas fluidas palabras, con las que haciendo uso efectivo de la retórica logro convencer y además conmover a sus agremiados…
“Habían dicho que yo me había chingado todo el dinero, esas son puras mentiras, porque yo no me he chingado ni un peso”, exclamó el sabio secretario general, quien dijo que sus padres le “enseñaron a ser honesto”.
El también ex diputado priista aseguró que las acusaciones que en su contra se han hecho, son producto de un “tema político”… además reclamó a los medios de información las inexactitudes que han difundido: “Las notas que hay en los medios es mala información, con todo respeto para los compañeros periodistas”… con la siguiente imagen sobra decir que muchos de sus agremiados critican los lujos que a veces se da el líder, con todo y que él asegura que “el sindicato no recibe ni un centavo, todo el dinero que entra es para Nacional Financiera y es ahí donde se queda y se mueve.
Conminando a sus compañeros para que no dejen de dar sus respectivas aportaciones, Flores Morales ofreció también una breve charla sobre las relaciones de pareja, haciendo que los ferrocarrileros se tentaran la frente para ver si no les comenzaban a salir cuernos: “cuando nos den ese dinero a lo mejor no lo van a disfrutar ustedes, sino el sancho (los amantes de sus esposas), es la verdad, a mí me gusta hablar con la verdad”.
Desmitificando la buena imagen que tenemos de los líderes sindicales –sí, claro- Flores aceptó no ser un santo, pero aseguró que se rifa como los grandes: “que se quiten ese sistema de sindicato blanco que todavía tienen muchos. Me he echado broncas con muchos de ellos, no digo que vean mi ejemplo, pero sí que ayuden para obtener buenos sueldos para sus trabajadores”.
Sin embargo, pese a echar tanto verbo, al salir de la sede del sindicato varias viudas se le acercaron para reclamar su situación. “Tengan paciencia”, pidió.
