Hola y bienvenidos una vez más a esta su sección dedicada a contar las historias de los personajes del mundo de los videojuegos.
Hoy, al fin terminaré de contarles la historia de la Diosa Amaterasu y su travesía para salvar a Japón de las garras de Yami, el Dios de la Oscuridad.
Así que acompáñenme a darle un último vistazo a Okami, juego que deberían de haber jugado desde ayer.
Oki
Después de vencer al Lord Oscuro y liberar a las Costas de Ryoshima de la influencia de la oscuridad, Amy e Issun se lanzaron hacia la región norte del país, llegando así al desierto helado de Kamui:
A pesar de su condición como diosa, Amy no era capaz de permanecer tanto tiempo en la helada intemperie por lo cual busco refugió en un hogar a la mitad de la nada. Ahí, sería recibida por el Guerrero Oki, de la tribu Oina.
Al notar que Amy no era un lobo normal, Oki la retaría a duelo convirtiéndose en su forma de lobo:
Como era de esperarse, no sería rival para la gran Diosa y aceptando su derrota, le explicaría el problema que la Villa Wep’keer, hogar de los Oina, sufría debido al despertar de loa demonios gemelos; Lechku y Nechku.
Después de revivir a otro Retoño Guardián, Amy e Issun avanzaron hacia la Villa Wep’keer, la cual se encontraba sumergida en una poderosa tormenta. Ninguno de sus habitantes los quería recibir y al llegar al hogar del jefe de la villa, Samickle, guerrero más poderoso de los Oina, no les permitiría reunirse con su líder.
Viendo esto, ambos decidirían retirarse, pero antes de que pudieran irse, fueron interceptados por Kai, miembro femenino de los Oina quien les explicaría la razón detrás de la tormenta que los asolaba, así como prevenirlos del Día de la Oscuridad, eclipse solar que aumentaba el poder de todos los demonios.
Cuando Lechku y Nechku despertaron, congelaron los volcanes gemelos que mantenían a salvo a Wep’keer, siendo la única manera de salvar la aldea el volver a encenderlos, además que los terribles demonios habían secuestrado a uno de sus miembros.
Después de esta explicación, el líder de los Oina los mandaría llamar, pidiéndoles que buscaran a Lika, niña secuestrada por los demonios y que creían que se encontraba en el bosque de Yoshpet.
Para poder cruzar el bosque maldito, le entregarían un amuleto que la ayudaría, así como brindarle un guía en la forma de Kai. Al adentrarse al bosque, encontrarían a Waka, quien esta vez no les daría alguna de sus profecías, limitándose a decir:
“El camino al cielo se encuentra en algún lugar de Kamui.”
Durante su búsqueda, Amy encontraría la villa de los Ponc’tan, tribu a la que Issun pertenecía. Ahí, se reencontraría con Ishaku, con quien había emprendido su aventura original hace más de 100 años.
Ishaku le comentaría que la pequeña Lika había pasado por el Portal Espiritual, lugar maligno que no debía de ser abierto. Negándose a dejarla pasar, Amy regresaría con Issun quien no quería que supieran que había regresado.
Al contarle lo sucedido, Issun la llevaría al Portal Espiritual en donde volverían a encontrarse con Oki. Los tres entraron al portal y fueron transportados 100 años en el pasado, al día en que Shiranui y Nagi enfrentaron a Orochi.
Una vez más, Amaterasu se encontraría con su némesis, quien vestía una armadura dorada y tenía a la pequeña Lika en su espalda. Junto a Shiranui y Nagi, derrotó a Orochi así como lo había hecho con Susano, cambiando el curso de la historia, ya que se suponía que su yo del pasado debía morir ahí.
Regresando al presente mediante le Portal Espiritual, Amy, Issun, Lika y Oki, se apresuraron a llegar al altar de Ezofuji, para empezar con el ritual que encendería a los volcanes una vez más, antes de que el Día de la Oscuridad comenzara.
Entrando al templo frente a ellos, Amy viajaría por el confuso edificio en su búsqueda de los demonios gemelos. En su camino, liberó al Dios Buey, Itegami, quien le bridó el poder de la Ventisca.
Con este nuevo poder, Amy logró encontrar a Nechku y comenzaría una feroz batalla. Para su sorpresa, Shiranui había atravesado el portal al sentir la presencia de la oscuridad y entre las dos, limpiarían el suelo con el demonio:
Sin embargo, Lenchku aparecería con Oki, quien se encontraba dándolo todo por vencerle pero sin hacerle ninguna clase de daño. Convirtiéndose en su forma de lobo, retomaría su ataque, pero ambos demonios detendrían el tiempo al liberar todo su poder.
Enfocándose en Oki, soltarían una gran cantidad de energía para acabarlo, pero no contarían que Shiranui lograría liberarse de su poder, interponiéndose entre su ataque y el joven guerrero, regresándoles parte del golpe:
Desafortunadamente, esto la dejaría muy malherida y al borde de la muerte. Viéndose en dificultades, Lechku y Nechku huirían a la otra montaña. Oki se quedaría cuidando a la Diosa herida, mientras Amy perseguía a los demonios.
Al seguir avanzando, sería alcanzada por Oki, quien demostraba más resolución que nunca y deseaba pelear a su lado. Entre ambos, lograrían darle fin a los terribles demonios, salvando a Kamui de su destrucción:
Al volver donde Shiranui, la Diosa utilizaría las últimas de sus fuerzas para regresar al pasado, en el momento en que la batalla contra Orochi había comenzado, reviviendo así la leyenda del lobo que se enfrentó a la serpiente.
Como había pasado con Orochi, Blight y el Zorro, energías malignas surgieron de los cuerpos de Nechku y Lechku, dirigiéndose hacia el Arca de Yamato, sitio a donde todas las energías oscuras se almacenaban.
El Arca de Yamato
Absorbiendo la maldad de los gemelos, la antigua embarcación celestial se levantó por los aires, mandando un puente de luz como invitación para Amaterasu.
Entrando sin titubear, Amy entraría al Arca, pero una barrera evitaría que Issun pudiera acceder a la nave. Waka aparecería y le explicaría que solo los Celestiales podían entrar; al notar la furia de Issun, el poeta le diría “que se necesitaban de dos para bailar un tango y que al final, se había convertido en un verdadero Emisario de los Dioses.
Amy vería con tristeza como su gran amigo desaparecía al alejarse el Arca de Yamato, pero ya no había vuelta atrás. Al inspeccionar el Arca, se encontraría con el fantasma de un Celestial llamado Marco.
Después de hablar con él, Amaterasu se dirigiría a acabar con los demonios que invadían el Arca (y como todo buen juego de Capcom, nos enfrentamos a todos los jefes).
Yami
Al derrotarlos a todos, un nuevo pasaje se abriría y al entrar, encontraría a un herido y cansado Waka, quien se había estado enfrentado por si solo a Yami, el Dios de la Oscuridad.
Con el inicio del Día más Oscuro, los poderes de Amy se debilitarían, permitiéndole a Yami el absorber cada uno de sus habilidades, transformándola en un lobo común y corriente.
Lanzando un rayo de energía para acabar con la debilitada Diosa, Yami mostraría su verdadera forma –un pez negro dentro de una esfera de cristal.
Sin embargo, Waka lograría detener el ataque, salvando la vida de Amy y contándole su historia juntos y de como los Celestiales fueron exterminados. Pero esto no sería suficiente, ya que Yami volvería a atacar, lanzando a Waka lejos y dejándolo solo con la diosa.
Enfurecida, Amaterasu comenzaría su pelea contra Yami, quien cambiaría constantemente de forma. Afortunadamente, esto liberaría a los Dioses del Pincel Celestial, recobrando uno a uno sus poderes y emparejando la pelea:
Al creerse victoriosa, Amy imaginaría a Issun pidiéndole un aullido de victoria, pero al recordar que él ya no estaba con ella, lanzó algo más parecido a un chillido. Utilizando esta distracción a su favor, Yami la atacaría brutalmente, destruyendo a todos los Dioses del Pincel y dejándola completamente indefensa.
Viéndolo todo perdido, Amaterasu se entregaría a la oscuridad, pero…
Issun, utilizaría sus habilidades como Emisario de los Dioses y correría la voz sobre Amy, recordándole a todos el servicio que les había hecho. Desde Kamiki hasta Kamui, todos comenzaron a rezar para que el Sol volviera a brillar una vez más.
Como si de una Genkidama se tratará, los rezos de todo Japón llegaron a Amaterasu, restaurando cada uno de sus poderes y regresando a su nivel de poder original de hace 100 años.
Utilizando todo su poder como Diosa del Sol, Amaterasu destruiría completamente a Yami, saltando de felicidad al ver que Waka no había muerto. Reunidos como en los viejos tiempos, ambos regresarían a la Planicie Celestial, la cual debía de ser restaurada para traer el balance al mundo, pero esa, es otra historia…
Y pues esta fue la historia de Amaterasu. Como lo dije en la primer nota de este personaje, Okami es uno de los mejores juegos del PlayStation 2, no solo por su bella estética visual, sino también por sus coloridos y carismáticos personajes.
Si no lo han jugado, pues que esperan, pueden encontrar la versión HD en la PlayStation Store.
En fin, con la terminación de esta serie, es tiempo de continuar con otra, así que acompáñenme la próxima semana cuando prosiga con las aventuras de Samus Aran, en los tres títulos de Metroid Prime.
Hasta la próxima.
Texto: Luis Alberto Valis/@ValisTheDarkia6
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