Esta es una de esas historias que sólo pasan en México… o en Los Simpsons.
Resulta que unos policías de la Procuraduría capitalina trasladaban en una patrulla a Óscar Ávila Reyes, quien iba en calidad de detenido por robo de autopartes para ser ingresado al Reclusorio Norte.
Por ahí de las 23:30 horas la unidad arribó a la aduana de vehículos del Reclusorio. Víctor León Arana y César Segura Pérez, quienes venían en la patrulla custodiando al detenido, descendieron de la patrulla… pero dejaron las llaves en el vehículo…
Ya se imaginarán lo que pasó.
El presunto delincuente de 24 años vio la mesa servida y no dejó ir la oportunidad. Se pasó al asiento delantero, y a pesar de estar esposado encendió el vehículo y se dio a la fuga a bordo de la patrulla ¡y en reversa!. En su loca carrera dañó una reja y la pluma vehicular del estacionamiento del penal.
Los agentes, al darse cuenta de “su pequeño error” le dispararon a la patrulla para detener ‘al escapista’, pero ya era demasiado tarde.
¡Pues a quién se le ocurre!
Un rato después la patrulla (que por cierto, era un Stratus color vino sin rotular) fue hallada cerca del cruce de Periférico Río de los Remedios con Calzada Ticomán.
En lo que la Fiscalía de Servidores Públicos de la Procuraduría General de Justicia del DF atrae el caso, ambos policías fueron puestos a disposición de la Coordinación Territorial GAM 1 por delito de evasión.
Al menos 20 elementos de seguridad se dedicaron a buscar sin éxito a los prófugos.
¡Qué tal!
Ya no hay que temerle a los delincuentes sólo cuanto se encuentran libres… también cuando viajan en una patrulla y son custodiados por policías.