Imaginen la escena: Un paciente, requiere de un transplante de corazón para poder sobrevivir.
Familiares, amigos e instituciones, hacen todo lo posible para conseguir un corazón que permita a este paciente, salvar la vida y de pronto ¡eureka!
Se orquesta un gran operativo para trasladar el corazón donado para este trasplante en un helicóptero desde Guanajuato, hasta el Hospital La Raza en la Ciudad de México.
Todo parecía perfecto, los paramédicos que llevaban el contenedor con el corazón a la sala de urgencias, cuando de pronto, uno de ellos tropezó y cayó al suelo, dejando escapar el envoltorio con el órgano.
Se afirma que el corazón no resultó dañado, y los hombres prosiguieron su camino al hospital, pero como diría mi abuelita “Ya lo chupó el diablo”…
*Via Reforma, Milenio