Hay robos en los cuales no necesitan sacar una pistola para amenazarnos y quitarnos nuestro dinero, no es necesario el uso de la violencia, sólo hace falta que un vendedor con una astucia enorme y una personas bastante tonta.
El trabajo de las personas que se dedican a la venta de aparatos electrónicos es enjaretar al que se deje, uno de sus productos, cosa que logró muy bien un hombre al acercarse a una verdadera idiota inocente mujer a las afueras de un centro comercial para venderle una televisión, alegando que eran sobras de otra tienda departamental y que estaban a un precio accesible.
Gracias a la necesidad hacemos muchas tonterías, podemos comprar una televisión de pantalla plana, HD, 3D, de 47 pulgadas, en la módica cantidad de mil pesos y pensar que le vimos la cara a un hombre que seguro no sabe ni cuánto cuesta lo que vende pero la verdad es que eso no pasará.
La señora tomó su nueva pantalla, la llevó hasta su casa, seguro con una emoción muy grande por su nueva adquisición pero… oh decepción: al quitar la caja, el unicel que la cubre por protección y los mil recubrimientos la ¿inteligente mujer? se percató que algo no andaba bien, un trozo de madera se asomaba en la esquina de su televisor.
De inmediato comenzó a revisarlo y vio que toda la pantalla era un mugroso triplay, cubierto con plástico brillante, con una base que parecía de una tele real, un control remoto de esos que venden en el centro y sus respectivas gafas para ver en tercera dimensión sus comedias, en pocas palabras, le vieron la cara.
No sabemos qué reacción tuvo la señora al ver esto pero creemos que la persona que la acompañaba no tuvo de otra y le dio un buen zape por mensa, digo, es lo menos que se merecía por andar comprando una pantalla de 10 mil pesos en mil.
