Ya no hay respeto por nada caray… pero la verdad ya nada (o casi nada) nos sorprende a estas alturas del partido. Si entre las personas no lo hay, menos hacia los objetos materiales.
La primavera quedó atrás hace meses; sin embargo, un hombre de 46 años que vive en Wisconsin, Estados Unidos, andaba algo jarioso y no tenía con quien “desquitar” sus ganas y lo único que pudo encontrar fue… ¡un sillón todo viejo y abandonado en la calle!
¿Ven? A este paso qué seguirá después…
Bueno, les cuento que Gerard Streator puso la mira, cual Terminator, en un sillón ya casi casi para la basura y fue a echar pasión un rato.
Todo parecía “marchar” bien, aunque a las 11 de la noche un policía que rondaba por ahí lo cachó con las manos en los resortes y con los pantalones en los tobillos. Se le hizo raro eso y cuando se acercó, vio que el señor Streator estaba empujando sus caderas hacia el interior del mueble abandonado.
Entonces el oficial le gritó: “¡¡¡hey tú!!!” y sin pensarlo, el hombre jarioso se peló a unos edificios de a lado, pero lo agarraron, lo arrestaron y, por conducta lasciva y libidinosa, le echaron 7,000 dólares de multa y nueve meses de cárcel.
Ésta es la víctima del atentado
Habiendo tantas, pero tantas chicas en el mundo y ¿prefiere un sillón viejo?