Con estas temperaturas tan bajas se antoja de vez en cuando prenderle el piloto al boiler, lo malo es cuando no se tiene con quién y es ahí donde surgen problemas como el siguiente.
Kenneth Guillespie, un distinguido habitante de la ciudad inglesa de Blackburn, hace unos días se echó unos tragos. Nada fuera de lo común. Lo extraño vino después, cuando este #Foreveralone como que sintió que un muñeco de nieve le hizo ojitos, y él como no es de palo pa’ pronto se le fue con todo su vigor a la beldad helada.
Al poco rato, los vecinos empezaron a oír tremendos gemidos… y no precisamente de placer. Al parecer el jacarandoso señor se quedo dormido luego de colmar sus bajas pasiones (o al a mitad de) y fue encontrado semidesnudo y gimoteando, con síntomas de congelación en el pene.
De inmediato el pobre hombre fue llevado al hospital, donde los doctores confirmaron el diagnostico: “Puede resultar gracioso, pero es algo realmente grave. Puede causar una infección, gangrena y, en consecuencia, tener que amputar el miembro (…) Afortunadamente, por lo que oí, Ken está de una pieza”.
Obviamente, el buen Mr. Guillespie se ha vuelto de lo más famoso, ya que su affaire ha sido dado a conocer en todos los medios posibles, pero suponemos que la suerte con las mujeres no ha mejorado, así que seguramente espera con ansias la próxima nevada.
