Esta es Laverne, una tierna pero intrépida abuelita que para celebrar su octogésimo aniversario no optó por soplar las velas en el pastel, sino más bien por cumplir su sueño de aventarse en paracaídas.
…pero nunca se imaginó que a la mera hora le brotó el instinto de supervivencia.
En la siguiente secuencia podemos apreciar a esta abue mientras se prepara para su salto, pero cuando estuvo frente a la puerta del avión no la vemos muy convencida, el instructor le dio una ayudadita, pero lo que sigue a continuación es el hombre y a la ancianita luchando por su vida.
Laverne estuvo a nada de impactarse contra el suelo, pues desde el inicio el arnés que la sujetaba se deslizó sobre su espalda, gracias al instructor que la sostiene mientras descienden a 125 mph, la abuelita nunca olvidará este cumpleaños.