Típico, después de una larga jornada de ver competencias en los escenarios olímpicos te diriges a tu hotel para descansar. Tomas el metro londinense y descubres que en el mismo vagón viaja un atleta que acaba de ganar una medalla de oro, e incluso la trae colgando al cuello.
El esgrimista Rubén Limardo obtuvo la segunda medalla de oro para Venezuela en los últimos 44 años. A pesar de haber alcanzado la gloria deportiva tuvo que regresarse a la Villa Olímpica en Metro. No sabemos si nadie de su delegación se preocupó por llevarlo de regreso, o prefirió evitar el tráfico de la capital inglesa y llegar más rápido en este medio de transporte.
Cosas que uno se encuentra en Londres…
(Imagínense si esto hubiera pasado en el metro Pino Suárez).