Sun Li sube los pies a un banco. Durante un minuto exacto, su entrenador recarga todo el peso de su cuerpo sobre una pierna y presiona las rodillas de Sun hacia abajo.
“El estiramiento Nanning”, es una de las técnicas que los entrenadores chinos utilizan para hacer de sus jóvenes atletas, las próximas estrellas del deporte chino. Sun tiene cinco años, la foto de su rostro mientras su entrenador la ayuda a estirar las articulaciones de la rodilla ha provocado controversia en la prensa deportiva internacional.
Como Sun, más de cien niñas entrenan durante seis horas al día en el Nanning Gymnasium, en China, uno de los centros de entrenamiento infantil más celebres de Beijing. Sobre los muros cuelgan fotografías de las figuras deportivas más representativas del país asiático, mientras los niños prodigios chinos son forzados a ejecutar rutinas extenuantes.
Los mejores, son reclutados y separados de sus familias para ingresar a los centros de alto rendimiento deportivo financiados por el gobierno. En un país acostumbrado a la obediencia y la disciplina ser seleccionado es un honor para el niño y la familia.
La mamá de Sun estaba cerca de ella cuando la fotografía fue tomada. “Todo sea por el oro” dice el reportero que dijo la mamá de Sun cuando le tomó la imagen.
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