Muchas veces lo hemos visto: el subordinado puede hablar pestes de su superior, pero a la mera hora termina encuadrándose ante su figura… bueno, eso no ocurrió durante los homenajes al policía de Nueva York, Wenjian Liu, quien –junto a su compañero, Rafael Ramos- murió asesinado el pasado 20 de diciembre a manos de un civil.
Aunque instados por el jefe de la policía a guardar respeto hacia el alcalde Bill de Blasio, gran parte de los miles de agentes que acudieron a la ceremonia del policía caído no perdieron oportunidad de mostrar su desprecio cuando la máxima autoridad de Nueva York dio un mensaje en el que llamó a la reconciliación entre autoridades civiles y policías:
“Desde sus inicios, Nueva York ha sido una ciudad tolerante, pero se han dado ocasiones en las que esa armonía ha sido desafiada. Volvamos a dedicarnos a esas grandes tradiciones de la ciudad de mutuo entendimiento y armonía”.
La actitud de los agentes no es nueva, la semana pasada –durante los homenajes de Ramos, compañero de Wenjian Liu- se dio una situación similar. En aquella ocasión, el propio jefe de la policía, William Bratton, envió un comunicado para solicitar respeto hacía el alcalde De Blasio: “lo principal en el funeral de un héroe es el luto, no la queja”.
Sin embargo, la principal molestia de los policías es la postura que De Blasio ha tomado en relación a las recientes manifestaciones contra los uniformados, esto luego de que agentes dieran muerte a ciudadanos afroamericanos: Eric Garner en Staten Island, Nueva York, y Michael Brown en Ferguson, Misuri.
“El alcalde no nos respeta. ¿Por qué deberíamos respetarlo nosotros?”, comentó una de las policías que dio la espalda al alcalde neoyorkino.
Wenjian Liu, el policía homenajeado de 32 años, llegó desde China a Estados Unidos a los 12 años, trabajó en la policía por siete años y sólo tenía dos meses de casado cuando el mes pasado fue asesinado mientras se encontraba en su patrulla.