No hay que buscarle más, este es el año de la palabra selfie y al parecer alguien lo llevó a su máxima expresión. Ni Obama podrá superar esto.
El 24 de diciembre, el astronauta de la NASA, Mike Hopkins, participó en una de las dos caminatas espaciales programadas para cambiar una bomba averiada en el exterior de la Estación Espacial Internacional, la cual se encuentra a más de 320 kilómetros de distancia.
Esto de por sí ya es un gran logro, pocos son los hombres que tienen la capacidad y el valor de hacerlo pero Mike quiso demostrar que él podía con eso y más. Así que decidió sacar una cámara y sacarse una fotografía que no tiene igual: él, con su traje espacial y detrás un inmenso azul que le da un toque único.
Hopkins y su compañero Rick Mastracchio tuvieron que hacer su chamba en plena Navidad pero esto pasa a segundo plano cuando se logra una imagen de tal magnitud. ¡Vaya forma de celebrar!