Una imagen de Benedicto XVI con los ojos pintados con sombra, cejas depiladas, rubor y lápiz labial le está dando la vuelta al mundo causando gran controversia.
¿Acaso Joseph Ratzinger trabajará en el Cirque du Soleil? ¿Fue a una fiesta de disfraces? ¿Nomás lo hizo por cotorrear?
Pues ninguna de las anteriores, la verdad es que la imagen del Papa Emérito fue usada en un volante publicitario de un festival cinematográfico sobre homosexualidad y religión, que es organizado por una asociación de estudiantes de la Universidad Estatal de Milán.
La imagen fue publicada por el diario Corrie della Sera, provocando opiniones encontradas. Incluso il Giornale, un periódico conservador que es propiedad del ex ministro Silvio Berlusconi consideró este volante publicitario como una “blasfema y una ofensa para toda la comunidad católica”.
Al respecto, Matteo Forte, consejero del partido Forza Italia en el Ayuntamiento de Milán, dijo que esta iniciativa es “un menosprecio a la autoridad religiosa”.
Ante tantas críticas, los organizadores respondieron que “el verdadero problema no es la provocación sino la homofobia”.
Ustedes cómo ven ¿una simple imagen o un insulto?