Para que las sopicuatas no digan que nunca nos acordamos de ellas y que sólo ponemos fotos de muchachonas con escasa o nada de ropa, hoy nuestra imagen del día es sobre un encuerado.
Y además maduro, pa’ que disfruten más el ‘taco de ojo’.
¿Qué hizo que un caballero acabara mostrando en publico varios pliegues de carne?
Resulta que John E. Brennan llegó muy tranquilo al aeropuerto de Portland. Sin embargo, los tediosos tramites y revisiones de las autoridades de seguridad lo hicieron perder la calma.
Después de ser minuciosamente revisado con el detector de metal y palpado una y otra vez, Brennan se despojo de sus ropas como señal de protesta por los exagerados protocolos de revisión en los aeropuertos, instaurados a raíz de los atentados del 11 de septiembre del 2001.
De pronto, decenas de pasajeros y personas que pasaban por el lugar se encontraron con lo siguiente:
¿A poco no parece hecho de Play Dooh?
Los empleados del lugar quedaron impactados. Después de unos segundos de confusión, le pidieron a Brennan que se vistiera. Como no los obedeció, lo detuvieron y acusaron de conducta indecente.
El informe oficial de lo ocurrido señala que algunos pasajeros se cubrieron los ojos y taparon los de sus hijos. Otras personas se rieron y hasta tomaron fotos. Dicen que aquello parecía un campanario.
El encuerado después declararía que lo que hizo no fue obsceno, y que sólo se trató de una protesta contra la Administración de Seguridad en el Transporte que en su opinión ha rebasado el límite entre la seguridad y el derecho a la intimidad.
“La manera más eficaz de decirles que no llevo una bomba es quitarme la ropa. Mi cuerpo no debería ser ilegal, no tengo vergüenza de mi cuerpo. Así que me quité la ropa”
¡Qué tal!