Este fin de semana finalmente llega a los cines Jurassic World, la nueva película de la saga Jurassic Park que además de causar gran expectación a nivel mundial, también ha generado dudas entre el público por el temor de que esta nueva entrega resulte decepcionante.
Hace unos días tuvimos la oportunidad de verla y tenemos mucho que decir al respecto. ¿Vale la pena ir al cine o esperamos a que la pasen en permanencia voluntaria del 5? ¿La historia está a la altura de lo esperado? ¿Qué tan temible es el Indominus Rex? De eso y más les hablaremos en esta reseña.
La ilusión que se fue extinguiendo
En 1993 ocurrió uno de los acontecimientos cinematográficos más importantes de las últimas décadas con el estreno de Jurassic Park, cinta dirigida por Steven Spielberg, basada en la novela homónima de Michael Crichton.
De pronto los dinosaurios se pusieron de moda (si es que alguna vez dejaron de estarlo). Juguetes, playeras, ropa, libros… de pronto en todos lados había referencias a estas legendarias criaturas que habitaron el mundo hace millones de años. Quienes éramos niños en ese entonces quedamos cautivados con cada escena de acción, nos aprendimos los diálogos e incluso comenzamos a buscar más información referente a las especies de dinosaurios que veíamos en la pantalla.
Como era de esperarse el fenómeno fue enfriándose poco a poco, pero generó tales ganancias que se optó por estirar el éxito de la primera película. Así surgió The Lost World (1997), también basada en un libro de Crichton, y Jurassic Park III (2001), con las que se pretendía igualar a la Jurassic Park original. Aunque ambas secuelas fueron exitosas en taquilla, no tuvieron el alcance cultural de su predecesora, además de que la historia no enganchó tanto a la audiencia.
Mientras recordamos con cariño y una sonrisa la primera parte, la segunda y tercera simplemente habitan en nuestra mente como unas cintas más de las cientos que hemos visto en nuestra vida. Por eso, cuando se anunció que se preparaba una cuarta parte de esta franquicia, a pesar de la euforia provocada por la nostalgia, temíamos que Jurassic World fuera una película del montón.
Enmendando el camino
La apuesta era alta: Devolverle el brillo a la saga de Jurassic Park.
Y saben… lo lograron. Si bien superar a la primera entrega es casi imposible, esta cuarta película se le acerca bastante. Podemos decir que se regresa a los orígenes no solo en cuanto a la historia, sino a la manera de conectar emocionalmente con el público. Al salir de la sala uno se siente nuevamente emocionado y el amor por los dinosaurios regresa después de que se desgastara gracias a la segunda y tercera película.
En The Lost World y Jurassic Park III podían aparecer muchos dinosaurios pero por alguna razón no conectábamos con ellos. Muy impresionantes, sí, pero sin el alma y carisma suficientes no eran más que unas lagartijas gigantes y simplonas. Ese era uno de los miedos cuando nos enteramos que Jurassic World nos mostrarían nuevos dinosaurios, como el imponente Mosasaurio que nos hacía impresionarnos desde los primeros trailers de la película.
Afortunadamente, los dinosaurios de Jurassic World nuevamente son capaces de hacernos sentir temor, ternura o asombro. Una vez más nos metemos tanto en la trama, que el puro hecho de sentir su cercanía nos hace vibrar. Y es ahí donde entra el temible Indominus Rex.
Nuevas atracciones
Uno de los secretos mejor guardados entorno a Jurassic World era la apariencia y comportamiento del terrible Indominus Rex, un dinosaurio genéticamente alterado alrededor del cual gira gran parte del argumento.
La historia de esta película tiene lugar veintidós años después de los acontecimientos narrados en la primera película. Tras el fracaso de Jurassic Park, en la Isla Nublar se instaló un nuevo parque temático llamado Jurassic World. Tal y como ocurre en todo parque de diversiones, para mantener la atención de la gente y atraer más clientes, cada dos o tres años deben renovarse con nuevas atracciones. En el caso de un parque con dinosaurios, la forma de atraer nuevamente las miradas del mundo es con nuevos dinosaurios.
El problema es que la euforia por los dinosaurios puede irse perdiendo. Saber que hay un Tyrannosaurus Rex o varios Triceratops en una isla costarricense ya no es tan impactante y por eso, antes de que Jurassic World sea considerado un zoológico exótico, sus directivos deciden hacer nuevas especies de dinosaurios, empezando por el Indominus Rex, un híbrido creado genéticamente combinando el ADN de diferentes especies, capaz de alcanzar una velocidad de 48 Km/h y una inteligencia inusual.
Justo cuando Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), jefa de operaciones y científica corporativa del parque se encuentra convenciendo a distintos empresarios de que inviertan patrocinando a este nuevo dinosaurio, las cosas empiezan a salirse de control.
Guiños todo el tiempo
Jurassic World está lleno de referencias a la primera parte. Algunos en la trama, otros en objetos e incluso, hay ciertas tomas y elementos que nos harán remontarnos a Jurassic Park. Aunque muchos son obvios, otros aparecen de forma muy sutil y es un deleite descubrirlos. Sin embargo, esto lejos de resultar cansado, hace que una y otra vez el espectador se sienta aludido, rompiendo así la cuarta pared y haciendo de varias escenas un momento intimo con nuestra propia nostalgia.
En el marco de estos paralelísmos, la historia nos muestra a Zach (Nick Robinson) y Gray Mitchell (Ty Simpkins), dos hermanos que son enviados de vacaciones a Jurassic World, donde pasaran unos días con su tía Claire Dearing, mientras sus padres arreglan los problemas que tienen en su matrimonio. Al llegar se topan con que Claire es toda una workaholic que apenas puede dedicarles unos minutos al día.
Sí, nuevamente vemos a dos hermanos que deben estar al cuidado de alguien que tiene cero empatía con los niños. ¿Se acuerdan de Alan Grant y su relación con Tim y Lex en Jurassic Park? Para fortuna de Claire, cuando la calma se transforma en gente corriendo, mordidas y caos, contará con la ayuda de Owen Grady (Chris Pratt) ex-militar encargado de realizar una investigación conductual con los velociraptores, y que hará suspirar a las muchachas por su cinismo y valentía en muchas de las escenas.
Los efectos especiales
En los primeros minutos de la cinta podemos ver un parque de atracciones majestuoso, lleno de atracciones en las que tecnología y dinosaurios se unen para brindarle al turista una experiencia única. Ya desde esos momentos podemos ver que en la producción no se escatimo en el uso de recursos para lograr que los efectos especiales alcancen el mejor nivel posible.
Los dinosaurios ahora no aparecen en secuencias rápidas o cubiertos de niebla, lluvia u obscuridad, sino que podemos apreciarlos en todo su esplendor sin que se noten las costuras en las escenas.
Para cuando el Indominus Rex pone todo pies para arriba, las escenas adquieren el calificativo de épicas. Si en la primera cinta nos preguntábamos cómo habrían sido las cosas si los dinosaurios hubieran escapado estando el parque ya operando, en esta cuarta parte nos resuelven la duda. Y sin adelantar nada, les diremos que el final es toda una apoteosis.
Si vas a ver esta película esperando ver muchas escenas de acción te garantizamos que no te irás defraudado.
La inteligencia de los dinosaurios como punto débil
La historia tiene una que otra falla argumental, pero son detalles mínimos. Quizá uno de ellos sea que la transformación de Claire de Godínez de gran rango a mujer aventurera se da de forma demasiado brusca, o que el papel de Owen Grady a veces parece un poco exagerado. Pero insistimos, nada que no se pueda pasar por alto cuando hay un enorme dinosaurio sembrando el pánico.
El mayor “pero” lo encontramos en la inteligencia de los dinosaurios. Si bien en las pasadas entregas de la saga ya se había hecho referencia a ella, ahora se profundiza más en el tema, principalmente cuando hablamos de los velociraptors. En esta ocasión, además del discurso de que su inteligencia está por encima del promedio de las especies del parque, son capaces de aprender ciertas conductas e interactuar, aunque de forma muy cautelosa, con algunos humanos. Así Owen comienza a entrenarlos y mutuamente desarrollan cierta empatía.
No obstante, cuando la película se vuelve madura, esta inteligencia no tiene siempre los mismos alcances y fluctúa tanto que a veces puede caer en lo absurdo, pero insistimos, ese problema también aparece en las anteriores entregas y probablemente ya sea tiempo de aceptarla como un elemento característico de estas cintas.
Un regreso por la puerta grande
En el balance general Jurassic World sale muy bien calificada. Por fin la magia regresa a la franquicia y la reivindica, dejando a todos los fanáticos satisfechos.
Los dinosaurios vuelven a dominar la Tierra, ¿quién dijo que cuartas partas nunca fueron buenas?
Por @gabrielrevelo