El Escenario Indio tuvo un día muy agitado el viernes 28 de marzo. Y es que un escenario que vio pasar expresidiarios que tocan reggae/ska/funk y que recibió a algunas de las bandas más esperadas: Cut Copy y Arcade Fire. El día en general estuvo agradable, y a excepción de algunas fallas con el sonido en la presentación de Jumbo, todo marchó a pedir de boca.
Segregados fue la banda encargada de abrir el escenario. La historia peculiar de esta banda debe ser mencionada. Se creó en el interior del Reclusorio Oriente en 2008. Al principio ensayaban en el baño y poco a poco se ganaron el derecho de ensayar en el auditorio del penal. De hecho la presentación inició con el testimonio en la pantalla de varios presos que han encontrado una forma de vivir gracias la música. El setlist que transitó del ska a la salsa, cumbia y reggae, siempre tuvo interesado al público que bailaba o bien admiraba a esta banda porque no se tiene una banda así enfrente todos los días. El mensaje general de estos músicos iguala música con libertad, pero se puede ahondar en esta relación. El espacio de la cárcel ha sido reapropiado por estos presos que dejan claro que a pesar de las condiciones en las que se vive, es posible sublimar la realidad y hacer arte con ella. Fue significativo que el tema final fuera “todo es playa” pues en otros momentos han declarado que cuando estás en la cárcel, la playa es un estado mental. El público reaccionó tan bien, que cuando Jonathan Álvarez gritó “puto el que no brinque” en realidad no era necesario, pues los asistentes ya bailaban al ritmo de la música.
Después vimos a Pedropiedra que ya nos había saludado en la mañana por Reactor. A pesar del retraso de cerca de 10 minutos con que empezó la presentación, en el momento en que Pedro Subercaseaux pisó el escenario, el público dejó los gritos y chiflidos para cantar emocionados. Con el sonido fresco y estilo ocurrente que le caracteriza, el chileno tocó algunos temas de su nuevo disco “Emanuel”. Los momentos más emotivos fueron cuando anunció “esta es la canción que no dio a conocer” e interpretaron “Inteligencia dormida”, o bien cuando ante la suave “Sol mayor” los asistentes alzaron ambas manos y las movieron de un lado al otro, dibujando así un oleaje rítmico. Nos pudimos percatar que ellos estaban igualmente agradecidos cuando el bajista sacó su celular y tomó fotos al público. Para cerrar una presentación exitosa, tocaron “Vacaciones en el más allá” que puso a todos a bailar y a sentirse satisfechos a pesar del sol quemante que pronto desaparecería.
Ana Tijoux, hija de chilenos exiliados, nacida en Francia y residente de Chile desde 1993 vino a rapearnos. Resultó una sorpresa grata para mí ya que en vivo su música cobra vida y la presentación fue excelente. No hablamos de una principiante, varios de los asistentes estaban especialmente interesados en ver a la rapera chilena. Su tema más famoso “1977” con cerca de dos millones de reproducciones en Spotify (es una canción que el mismo Thom Yorke recomendó en su momento), permitió que se diera un juego con el público en el que todos gritamos “¡oh!” cuando ella lo pedía. El momento que más me gustó no fue éste, sino cuando tocaron “Antipatriarca”. Tijoux la anunció como una canción en contra de las manifestaciones de violencia contra las mujeres. En esta canción su Dj rapea la parte del final. Quizá por autocensura, quizá no se ha dado cuenta, pero este rapero, a diferencia de muchos otros, no se lleva la mano a la entrepierna mientras canta; en vez de eso, jala su playera hacia abajo. Es especial que esto se hiciera patente durante “Antipatriarca”, ya que contrasta con lo que habíamos visto previamente con Pedropiedra. En el momento en que Pedro nos presenta al resto de la banda, menciona a su dos coristas en conjunto y halaba su voluptuosidad. Las coristas de Pedropiedra están uniformadas, lo que les resta individualidad y su pareciera que su cualidad principal es el cuerpo. Ésta es una expresión de machismo, leve quizá, y es posible que Subercaseaux no lo haga de mala leche, es simplemente que el machismo está introyectado hasta en el que no lo quiere. A final de cuentas, eso es lo que denuncia “Antipatriarca”; con Ana Tijoux vemos una agrupación que es congruente con lo que canta. Al final, la presentación dejó a todos con una sonrisa en la cara.
Jumbo regresó a los escenarios del Vive Latino. Los fans ya los esperaban y es que canciones como “Fotografía” o “Siento Que…” forman parte de la vida sentimental de varios. Empezaron un setlist sólido y nivelado, la segunda canción fue “Rockstar”, lo que logró que todos los asistentes se entregaran de inmediato al conjunto de Monterrey. “Bala perdida”, tema que abre el último disco, fue también la primera del nuevo material que tocaron en el Escenario Indio. En cuanto tocaban un tema del nuevo disco, en la pantalla había un triángulo cuyos ángulos encerraban una letra distinta: A, B, G que significa Alfa Beta Grey, nombre del nuevo álbum. Quizá todo hubiera salido bien si a la mitad del setlist no hubieran fallado unas bocinas, lo que deterioró notablemente la calidad de la ejecución. Después, en un gesto conmovedor, mientras interpretaban “Fotografía”, el vocalista, Clemente Castillo, sacó una cámara y nos dijo más o menos esto: “¿Sabes una cosa Vive Latino? Esto es irrepetible, esto que tú y yo tenemos ahorita, así que vamos a hacer una foto” y si no se hubiera tardado cinco minutos en tomar fotos, la presentación no habría perdido ritmo y todo habría sido mejor; en fin peccata minuta. Su nuevo sencillo “Sin Respuesta” dio el preludio para que cerraran con “Aquí”, tema conocido y muy coreado por todos los asistentes que francamente estuvieron contentos.
Twenty One Pilots con una propuesta que en su material de estudio a veces recuerda a The Postal Service, por la cercanía que existe en la manera de cantar entre Ben Gibbard y Tyler Joseph, pero también porque musicalmente no están tan lejos, logró que se nos olvidaran estas asociaciones con una actuación que para mí, fue la revelación del escenario Indio. Son una banda muy divertida de ver, ya sea por los varios cambios de atuendo, o por el constante ir y venir de los integrantes: el vocalista aparece encima de las bocinas que estaba bajo la pantalla izquierda, corre y brinca descomunalmente, el baterista aprovecha un momento en que no tiene que tocar para subirse en el piano de cola y dar un backflip, o bien Tyler Joseph trepa varios metros el poste izquierdo del escenario. Quizá sea eso, pero también es la pasión con la que interpretan cada una de sus canciones. Al principio, cuando los integrantes estaban encapuchados, las canciones estaban cargadas de agresividad, mientras que cuando se despojaron de sus máscaras, el setlist fue más tranquilo pero no por eso menos enérgico. “House of Gold” complació a muchos de los fans, y el cover de “Brown Eyed Girl” fue inmejorable. A pesar de que sabían por los rostros del público que lo estaban haciendo bien, el vocalista prefirió ser humilde y decir “This is our first festival in Mexico. Are we doing ok?”, lo que enloqueció al auditorio. Después de esto interpretaron “Car Radio”. Tyler Joseph sabe dar show, se bajó con el público y les pidió que los sostuvieran de los pies, de manera que estaba parado entre un mar de fanáticos que lo vitoreaban como a un profeta. Para cerrar la presentación, se envolvió en una bandera mexicana, hicieron un pequeño encore y volvieron al escenario con un pequeño performance con tambores en el que exhibieron una coreografía precisa. Cerraron con “Trees” que es una canción de una intimidad conmovedora. Twenty One Pilots logró que aquellos que no los conocíamos nos interesáramos en ellos y que junto con los fans gritáramos y aplaudiéramos cuando sugirieron que quizá volverían pronto a México.
Love of Lesbian, grupo catalán de pop pegajoso que en el 2000 fue telonero de The Cure, requirió que un servidor fuera muy paciente. Aclaro desde ahora que no me gustó, pero también debo conceder que fueron una banda que jaló a una cantidad enorme de público al que se dedicaron a consentir durante una hora completa. Temas como “El hambre invisible” o “1999” hicieron cantar a muchísima gente. Gracias a la hora, los juegos de luces ayudaron muchísimo a ambientar entre azules y violetas, canciones como “Pizzigatos” (en la que se menciona a México) para la que el vocalista se colocó una máscara de gato y dijo “miau, miau miau” como en otra de sus canciones… sí, adivinaron, en “Miau”. Entre las canciones “Me amo” y “Fantástico” aprovechó a para aconsejar a todos aquellos que tienen complejos (¿quién no tiene uno aunque sea leve?), que se acepten, que sea desnuden y se observen, que se amen y que se toquen los pezones si es necesario, hasta el placer máximo y que después canten. Afortunadamente esto es un consejo y no una orden, pero pareció tener un impacto positivo entre sus fieles fanáticos. Cerraron con “Algunas plantas”. Debo aceptar que varios agradecimos que se acabara, pero también es justo señalar que hicieron felices a todos sus seguidores.
Cut Copy, que es una de las bandas por las que mucha gente compró su boleto del día de hoy, dio un espectáculo impresionante. Iniciar el setlist con “We are the Explorers” fue un acierto absoluto, inmediatamente puso al público a bailar y a corear la canción. El show de Cut Copy fue integral, los miembros de la banda siempre proyectaron entusiasmo y compromiso, la pantalla acompañaba perfectamente la música que siempre fue muy bien ejecutada. Llamó la atención el guitarrista con una actitud errática; algunos amigos míos dijeron que se notaba que estaba “hasta la madre”: por ejemplo, cuando se subió en la batería o cuando de plano se tiró al piso y parecía no poder levantarse. Si Tim Hoey puede tocar la guitarra, hacer sus loops, tocar el sintetizador y también los tambores mientras está “hasta la madre”, no quiero imaginarme qué puede hacer en sus cinco sentidos, porque es un músico genial. Temas como “Where I’m going” o “Take me over” que estaba dentro de las expectativas de varios de los asistentes se materializaron pronto en el setlist y lograron emocionar y mantener la atención del auditorio. También hay que mencionar que fue especialmente afortunado que cuando tocaron “Let me show you love” la pantalla mostraba en blanco y negro, círculos concéntricos que encerraban por momentos alguna palabra del título. “Lights and Music” fue la canción elegida para el gran cierre. El público no se cansó de bailar en todo momento. Cut Copy no quedó a deber nada, muy por el contrario nos alegraron el ánimo durante una hora, nos ayudaron a liberar nuestra mente (traducción literal del título del último álbum) con su constate incitación al baile y sin duda nos dejaron listísimos para recibir a la gran luminaria de la noche: Arcade Fire.
Y si quieren leer la reseña y ver una gran galería de el acto que cerró el escenario, Arcade Fire. Pueden hacerlo AQUÍ
Por: Adam Vázquez
Fotos: Christian Ferenc @datagrave