Es el tercer día de actividades y aún seguimos de pie, aunque ya se comienzan a sentir los estragos. Y sin duda, después de lo que se vivió el sábado, el domingo llegaremos muy cansados, pero llegaremos.

Coda fue la encargada de abrir el escenario. Siempre la primera banda en abrir se enfrenta a la desventaja de que  es muy temprano para que haya suficiente quórum. Y este caso no fue la excepción, pero a pesar de ello Coda salió con toda la actitud.

Su presentación fue un viaje de regreso a los 90’s donde pudimos escuchar canciones de los viejos tiempos, como “Aún” y “Vivo o muerto”. La grata sorpresa fue cuando para esta última canción, invitaron a Misael y Paco de Panteón Rococó, quienes le dieron un toque con sus instrumentos de metal.

Al final, Coda aprovechó el momento para tomarse la foto del recuerdo sobre el escenario con el público de fondo.

Dancing Mood realmente hizo que tuviéramos ganas de bailar. Más que una banda, es una orquesta que toca una mezcla entre reggae, ska y rock steady. Todas las canciones de su set fueron instrumentales, a excepción de You Can Get It If You Really Want cover a Jimmy Cliff para el cual tuvieron como invitado a Pablo Molina, ex vocalista de Todos Tus Muertos. Ésta fue la canción que más hizo bailar a la gente.

Los Caligaris fue uno de los mejores actos de este escenario. ¿La razón?, simple: la banda hizo sentir al público como si estuviera en una fiesta de principio a fin. No hubo un solo momento en que la gente parara de bailar, brincar y cantar. Es impresionante el efecto que tienen estos argentinos con el público del Vive Latino. Y justamente, nos hicieron sentir que estábamos festejando los 15 años del festival con su circo, maroma y música. Si tuviera que elegir los mejores momentos, tendrían que ser cuando tocaron su éxito “Florentinos y Ferminas”; antes de tocar “Quereme así” se pusieron un poco emotivos al decir que esa canción fue la primera que le pidió el público cuando se presentaron en el Vive Latino por primera vez, hace 7 años; para tocar “Mi estanciera y yo”, invitaron a Dancing Mood; con “Kilómetros”, uno de sus mayores éxitos, lograron que la gente hiciera retumbar el piso de tanto baile y brincos, además pudimos presenciar un espectáculo en el que todos agitaban sus playeras (incluidos los integrantes de Los Caligaris, ¡sí, se quitaron sus playeras!). Y por si su presentación en sí, no hubiese sido suficientemente catártica, la banda se despidió de su público con una manta que decía “Gracias México”.

Después del gran espectáculo de Los Caligaris, la fiesta se apaciguó por un momento porque granizó y tuvieron que detener las actividades. Ésa fue la causa del ligero retraso de 10 minutos para el show de Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra.

Muchos estábamos ansiosos porque este show comenzara y es que él es un personaje que domina el escenario y realmente logra una conexión entre su música y el público. Si no, pregúntenles a los que vieron el show y, sobre todo, a las chicas que invitó para que subieran al escenario para bailar (y que estuvieron ahí, disfrutando ese gran momento, durante tres canciones).

Un poco de baile y slam al ritmo de “Unza Unza Time”, “Fuck You MTV” (momento que muchos disfrutaron) y “Was Romeo Really A Jerk?”. Hasta el sol salió cuando tocó Emir Kusturica & The No Smoking Orchestra.

El Gran Silencio nos dejó mudos de tan buen show que presentaron. Ellos son clientes del festival, ya que han estado en 7 ediciones (incluida ésta) y la última vez que se habían presentado fue en el Vive Latino 2008. Así que verlos nuevamente fue muy grato y nos hizo recordar una buena época, cuando sonaba el “Chuntaro Style”; sólo que esta vez escuchamos en vivo una versión con el toque de Bostich.

No faltó el momento emotivo, para ponernos sentimentales, cuando recordaron a Chavela Vargas antes de tocar “Tonta canción de amor”. Tampoco perdieron oportunidad para manifestarse en contra del gobierno y lanzar mensajes de unión como los visuales en donde proyectaron la frase “despierta, somos todos”. Y sí que vinieron a ponernos la piel chinita, porque pidieron que cerráramos los ojos para dejarnos llevar mientras sonaba un solo en acordeón de “Another Brick in the Wall”. La banda se despidió y dejó a un público bastante complacido. Dio gusto verlos en la celebración de los 15 años del Vive Latino.

 

 

La fiesta continuó con Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, mejor conocida como La Maldita. Ésta fue una presentación muy especial ya que desde hace un tiempo la banda anunció su separación y decidieron despedirse en definitiva de los escenarios en el festejo de 15 años del Vive Latino. Así que produjo un sabor agridulce, ver a una de las bandas más representativas del rock mexicano y saber que será su última tocada (al menos de aquí a que decidan hacer el típico “reencuentro”).

Su concierto fue una pequeña probadita de lo que han sido sus 30 años de carrera. Pudimos escuchar, cantar e incluso bailar esas canciones que fueron parte de una generación del rock en español. La primera que cantaron fue “Solín”, también tocaron “Un gran circo” y “Pata de perro”. Antes de tocar “Morenaza” pidieron porque hubiera cero violencia hacia la mujer.

Su presentación estuvo plagada de discursos de tinte contestatario en donde pedían por la paz y el respeto. Incluso hubo un momento en que Roco hizo que el público alzara sus manos y las sacudiera para que se fuera la negatividad.

Para esta noche de éxitos de La Maldita, incluyeron “Mujer”, “Quinto patio ska”, “Un poco de sangre” y el cover a José José de “Lo pasado pasado”. Después de ese repertorio, ¿cuál sería la canción ideal para despedirse?, sin duda el gran cierre tenía que ser con “Pachuco”. Esta canción hizo que el escenario Indio se convirtiera en una pista de slam y que todo retumbara. Así nos despedimos de una banda que fue una pieza importante para la historia del rock en español.

La celebración (porque así se vivió este día sobre el escenario Indio) siguió con Calle 13. Nuevamente recibimos un mensaje de “vamos a cambiar el mundo”, que buena falta nos hace. Y qué mejor manera de recibir este tipo de mensajes que con música para bailar, el torso desnudo de Residente (si eres mujer) o los bailes y dulce voz de Ileana Cabra (para el placer de los hombres).

La pista de baile se abrió con “No hay nadie como tú” y “Cumbia de los aburridos”. Luego nos presentaron unos temas del nuevo disco, que el mismo Residente dijo que nos los querían mostrar, pero que estaba consciente de que nadie los conocía (por lo mismo, en esas canciones la gente no estaba tan prendida).

Antes de comenzar con “La vuelta al mundo”, Residente nos hizo la siguiente petición (de esas que te enchinan la piel): que nadie de los que estábamos ahí, nos muriéramos haciendo algo que no nos gusta. Dijo que en la vida siempre hay que hacer lo que te gusta.

Para el final de la presentación de Calle 13, Residente felicitó al festival por sus 15 años y recordó la primera vez que estuvieron ahí, en 2006. Dijo que no olvida cuando el público los bajó del escenario y los bombardearon con objetos, pero que ellos aguantaron. ¿Cómo no olvidarlo?, y ahora, es una banda que se llevó la ovación del público.

El final de la jornada llegó, para ello tuvimos la oportunidad de ver algo que jamás nos hubiésemos imaginado en la primera edición del Vive Latino, o siquiera hace 5 años. Era impensable ver en un festival como éste a Los Tigres del Norte, pero esta noche ese acontecimiento sucedió y seguramente se quedará como un gran recuerdo para los que estuvimos ahí.

Lo más padre de todo fue darse cuenta que así como el festival ha crecido, su público también, ya que ahora es una audiencia mucho más respetuosa y abierta. Tal vez a los que no les gusta este tipo de música, se marcharon; pero quienes nos quedamos, lo hicimos para dar el último jalón del día con un buen baile.

¿Cómo les fue a Los Tigres del Norte en el Vive Latino?, pues casi dos horas de concierto lo dicen todo. ¡Sí!, tocaron por casi dos horas en las que la gente pudo bailar a gusto y sin pretensiones de nada. Lo único que importaba era pasar un buen rato mientras tocaban temas como “La puerta negra”, “Ni pariente somos”, “Pedro y Pablo”, “La manzanita” (en esta canción hasta alguien me invitó a bailar, así de animado estaba el ambiente), en fin, una larga lista de canciones que sonaban una tras otra.

Tuvieron dos invitados, uno de ellos fue el músico argentino Andrés Calamaro, quien los acompañó para cantar no sólo uno, sino tres temas.

Antes de tocar “América” nos presentaron a sus siguientes invitados. Hubiéramos imaginado que sería Calle 13 (puesto que con ellos grabaron la canción y acababan de tocar), pero no fue así. En cambio, salieron los integrantes de La Maldita. Lo mejor de esta versión fue el solo de saxofón.

Con esta canción parecía que la noche del acto  estelar llegaría a su fin; pero sucedió que el público tenía ganas de más de Los Tigres del Norte, y ellos no tuvieron de otra más que complacer a su público.

Momentos antes de despedirse (ahora sí), los integrantes de la banda se acercaron a la gente para dar autógrafos y tomarse fotos. Algo que nunca vemos en el Vive Latino. Y así, después de una buena bailada, concluyó este día de fiesta.

Por: Viridiana Lazarini

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