Es el último día. Te despiertas porque tu cuerpo ya no te permite estar en la cama más tiempo pero ves el cielo nublado y piensas en encerrarte junto con todo el sushi del mundo. En lugar de eso, te pones las botas de lluvia y un chamarrón de tal tamaño que tu madre se hubiera sentido orgullosa hace unos años. La ida en metro es un opción rápida, pero poco cómoda. Y tu no vas a ir poco cómodo el día que por fin vas a ver a los 2 Many Djs. Pides un taxi y te bajas justo afuera de la puerta 5, la puerta que te ha visto entrar cada uno de estos 4 días. Como eres una persona precavida, cruzas la calle hacia un bacanal improvisado que mientras no hay festivales funge más bien como fondita. Un six que cuesta el doble en la fondita es caro, pero aún así, más barato que las chelas de adentro que requieren un billete de a cien.

Te encaminas por fin  y mientras pasas de nuevo las rejas  del Foro Sol, notas que hay menos gente que ayer.

Estás frente a un escenario Indio que está listo desde temprano para el acto final de la noche, para algunos es Zoé, para otros, los 2manydjs.

Todo empezó con Los Rastrillos

Chocquib Town

 

Los Cafres

La primera dosis de brincos de este día para mí los administra La Gusana Ciega. Quise estar aquí más temprano y ver a otros pero granizó. Durante esos 30 minutos de granizo en la calle en la que no podía tomar un taxi me acordé de la Gusana en vivo. Para los que no lo sepan, son buenos en vivo. Siguen tocando con fuerza y siento en esta tercera vez que los veo, que todavía les queda un rato en los escenarios. Cuando era un niño, durante una de mis primeras visitas a la tienda de discos tuve la oportunidad de comprar el disco de la Gusana Ciega, pero los impulsos propios y equivocados que recorrían mi cuerpo a los 10 años, me hicieron escoger antes el soundtrack de Misión Imposible. Hoy, me doy cuenta de lo grave de mi error y siento que porfin dejo ese recuerdo en paz oyendo “No puedo verte” en vivo.

Nunca fui fan de La Ley. Ni lo soy ni lo seré nunca. Sus letras no me ayudaron a que fuera más fácil adolescente, ni soñaba con tener en mi pared un poster de Beto Cuevas ni me emocioné hasta el llanto cuando Ely Guerra subió a cantar “El Duelo” en su Unplugged de Mtv. Para mí, Beto Cuevas era un cantante más, que probablemente se cortaba el pelo en el mismo lugar que varias de mis tías.

Por eso mismo, tampoco sabía que se habían desintegrado, ni los proyectos alternos solistas por los que estuvieran atravesando. Ahora sé, que si se les sentía especialmente energéticos durante la presentación del Vive, probablemente fuera porque La Ley como grupo ya es un show que no puedes encontrarte a cada rato. Me informan que lo que estoy presenciando es un acontecimiento (en el mundo de “La Ley”) histórico, una oportunidad bastante fuera de lo común.

Pues se provoca una reacción en cadena y esta vez, sí logré emocionarme hasta el llanto (nocierto) cuando Ely Guerra subió a cantar “El Duelo”.

Terminando La Ley, el público se siente un poco desorientado por la decisión de quedarse o no en ese escenario. Y no los culpo.

Sigue Placebo.

Placebo es un grupo que un amigo de la prepa logró hacerme despreciar gracias a que el sí tenía un amor incontrolable por ellos. Los oía todo el día, se ponía faldas negras y se delineaba los ojos, creía que eran la mejor opción para escuchar en las fiestas. Aunque parezca poco, este tipo de detalles pueden conseguir que le tengas muy poco cariño a un grupo. Si ese grupo es buenísimo, es un problema menor porque tocarán tan bien que los amarás por siempre y será como si tu amigo con faldas negras nunca te hubiera hecho pensar mal de ellos.

Pero no.

Placebo tocó y no pasó gran cosa. A sus canciones, a su show y a sus integrantes se les siente ya la edad. No hay manera de que pagara un solo peso para verlos tocar si volvieran para dar un concierto propio. Según yo, todos los demás que tocaron ese día, en ese escenario se oían más fuerte.

Definitivamente nunca correría el riesgo de que mi iPod en shuffle pusiera a Placebo en una fiesta.

Mientras se acercan los últimos momentos de estos 4 días de festival, una horda de gente se aprieta mucho más para ver a Zoé. Por cada entrada al escenario empiezan a chocar hombros corriendo, se nota que la mayoría a esto vinieron. Cualquiera pensaría que casi todo el público eran chavitas soñadoras pero no, el público era bastante variado y aquí es importante aclarar algo; sí esta chistoso ver el video de León en el alcoholímetro gritando que odia a su entrevistador o topártelo hasta el huevo en una fiesta, pero no todo lo que hace León Larregui es motivo de risa y esta noche mientras deciden desempolvar “Paula” te queda muy claro.

La gente coreando es una sola persona, me doy una vuelta y veo a muchos hombres llorando, que seguro alguna vez pusieron esta canción en repeat durante horas, encerrados en su cuarto pasando por un desamor.

Después de hacer que un escalofrío general recorriera a quienes estábamos frente a ellos y como si hiciera falta, cierran con mucha energía usando una versión un poquito más fuerte de “Love”.

Mientras Zoé se despide y vuelve atrás del escenario, siento pena.

Hay muchos motivos para sentirse mal en la vida, pero nada nunca me hará sentir tanta pena como la siento en ese momento por la gente que vino hasta el Foro Sol, aguantó la lluvia, pagó 30 pesos por una Maruchan y al final decide que Zoé es la cereza de su pastel. (Es malísima la expresión “cereza del pastel” no la usen).

Hay un error muy grave en esta vida y ese error es dejar pasar la oportunidad de ver a los hermanos Dawaele cada vez que puedas.
Bueno, hay otro error que aprendí ayer y es verlos medio sobrio. Los 2 Many Djs son y siempre serán una fiesta que explota justo como debe explotar. Si la vida fuera más generosa este concierto hubiera sucedido en sábado para no tenerle miedo al desvele y la voladez de cabeza. Una vez más se nos apareció un set de los que ya no se hacen; con Metronomy, Chemical Brothers, Pachanga Boys, Chimo Bayo y Metallica.
Un set que no permite a nadie decirte que los 2 Many no son los reyes y si alguien lo hace, si alguien se atreve a decirte que no los son, a ésa persona debes evitarla por siempre.
La gente que queda baila sin control, las luces del show explotan y durante este estallido de luz puedes ver la cara de todos los asistentes en completo éxtasis. Hay quien en esta vida que nunca lo pierde, como David y Stephen Dewaele.

Lunes en la mañana, para lograr pasar el horrible trauma que te provoca la cruda de festival, bájate la app de Radio Soulwax, pon el set de los 2 Many Djs otra vez y trata de que no se note que quieres pararte a bailar sin control. Ya es lunes, ya estás en tu oficina, sé serio.

Por: Andrés Bárcena @malosotenebroso

 

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

Comentarios