Día sábado 29 de marzo, por suerte el día de hoy he llegado en taxi porque es mi tercer día de Vive y ese viaje a la estación Ciudad Deportiva cansa.
Hoy es un nuevo día de Carpa Intolerante y primero los primeros, Los Tiros.
Y Diamante Eléctrico.
Lo primero con lo que me encuentro es Gaia. Lo único que sabía de ellos es que eran de Perú. Al pensar en Perú, me acordé de un disco de “cumbia psicodélica” alias “chicha” que compré hace un mes, así que llegué al público con “la danza amazónica” sonando en mi cabeza. Pues el show que se estaba dando arriba del escenario no podía haber sido más distinto a lo que yo venía oyendo adentro de mi cabeza. Gaia tocaba un rock, según el chavo de a mi lado era “muy grunge” pero yo no soy el tipo de persona que usaría “muy grunge” para describir algo nunca. Averiguo un poco más y me entero de que su disco es gratuito, solo hay que entrar a la página del grupo. Por ahí empezamos bien, en vivo ya me han convencido de echarle una escuchada al disco si es que cae en mis manos y lo gratuito me ha convencido de hacer que caiga en mis manos.
El pequeño escenario se empieza a llenar un poquito más y la gente comienza también a reponerse de la lluvia que acababa de caer. Ceci Bastida se preparaba para entrar y yo sólo sabía de ella que era ex cantante de Tijuana No y lo que sabía de Tijuana No, es que eran responsables de una canción que sonaba en todas las fiestas caguameras de Coyoacán a las que llegué a ir.
La lógica “ya me hizo bailar una vez, a ver si lo logra de nuevo” funcionó, Ceci Bastida traía una onda divertida, alejada del ska que pensé que nos iba a dosificar. Alguien más que me convence de comprar su disco. Creo que más bien lo regalaré a alguna amiga que cumpla años pronto y luego me lo autopasaré. Que es lo mismo.
En lo que Ceci Bastida baja del escenario, me quedan unos 20 minutos libres. Paso al escenario Indio que está junto y veo a una marea de miles de personas saltando con El Gran Silencio. Saltando y bailando como si no hubieran pasado los años y “Duerme Soñando” fuera un hit del año en curso.
Regreso a la Carpa Intolerante sintiendo pena por quien sea que se tenga que presentar justo en este momento, justo en contra de El Gran Silencio.
Al llegar, me confunde una banda bastante bien armada y con mucha presencia. Veo en mi programa que es Carlos Méndez. Es una maldita pena que el escenario esté prácticamente vacío, cuando mucho somos 20 personas y varios se ven sospechosamente como familiares de los músicos.
Es una maldita pena porque Carlos Méndez, nos dio una presentación privada completísima, otro güey que estaba ahí, con ojos de pensador intoxicado me dijo que los consideraba un “Soda Stereo cuando empezaban”. No me atrevería a hacer esta comparación porque en el mundo online nunca es bueno hablar en “absolutos”, así que aunque yo nunca le diré a nadie que es comparable al exgrupo de Cerati en formación, si les diré que de poder vayan a velos cuando vuelvan. También llegué en la noche a comprarme ese disco. Hace mucho que no le metía tanta música en español a mi iPod.
Ya por las siete y cacho de la tarde, me sentía algo incómodo hacia el nombre “Los Fascinantes” y lamentablemente (bueno, x), así me quedé. No logré emocionarme, no lograron hacerme decir: bueno, no me gusta el nombre “Los Fascinantes” pero aún así lo grité como loco en su concierto. No lo lograron, pero alrededor de mí había unas cuantas chavitas que si se palmeaban los cachetes de la emoción. Al pan, pan y al vino, vino.
Los Marty arrancan a las 8:30. “La verdad es que tocan bien y son guapos” diría yo si fuera una mujer de 15 años que gustara del happy punk. Pero no lo soy, así que solo puedo decirte que no logré tomarles cariño y estoy seguro de que, aunque puede ser un gravísimo error que afecte mi vida de un modo negativo de aquí al resto de mis días, no le daré una oída a su disco.
Me falta solamente Carmen Costa, y tengo este feeling de que realmente quiero que me guste, que así como Carlos Méndez me convenció de perderme un “Chuntaro Style” que dicen duró 20 minutos, Carmen haga que no me importe Calle 13.
Pues sí fue algo así,(No fue un duelo justo, ya he visto a Calle 13 tantas veces que no me importaba perderme el principio) pero sí coroné y estabilicé el día así. Carmen Costa me gustó un montón y aunque éramos pocos, tocaron como si ellos fueran los que estaban en el escenario principal frente a esas miles de personas. Otra afirmación hacia la compra de un disco de “rock en mi idioma”.
iTunes va a pensar que me robaron la cuenta.
Reseña: @malosotenebroso
Fotos: Christian Ferenc