En temas cero importantes… pero que dan ternura, nos complace informarles que el Senado de la República tomó una valiosa decisión para el futuro de la CDMX. De ahora en adelante, el Xoloitzcuintle, mejor conocido como Xolo, será la mascota oficial de la capital.
Aunque se enoje el equipo de futbol de Tijuana, nuestros ocupados legisladores ya se apañaron a los hermosos perritos sin pelo como símbolo chilango.
La propuesta se aprobó esta semana (sí, en plena pandemia), pero ya llevaba más de un año atorada en el tintero del Senado y oficialmente, consiste en exhortar a las autoridades capitalinas para que declaren al Xolo como patrimonio cultural de la Ciudad de México.
Originalmente la iniciativa fue presentada por algunos de los senadores más conocidos de Morena como Citlali Hernández, Jesusa Rodriguez y Martí Batres.
“Es un reconocimiento que habla de nuestra historia, nuestras tradiciones y nuestros símbolos”, comentó Batres en el micrófono del Pleno para celebrar la iniciativa. “El Xolo es un símbolo de mexicanidad y de resistencia. Es un perro prehispánico que resistió a la destrucción de la guerra de conquista colonial”.
El Xolo es “resistencia y revolución”
Si tuviéramos que apostar, diríamos que esas palabras salieron de la pluma de la senadora Jesusa Rodríguez, pero bueno, eso no es lo importante. En la iniciativa hay varios puntos que resaltan el valor cultural de esta raza de perritos.
Digo, los senadores lo escribieron mal —xoloescuincle, le dicen ellos— pero el chiste es el proceso histórico del Xolo que viene desde tiempos prehispánicos.
Hablan de fechas importantes como el Día de Muertos, de la persecución que sufrieron durante la Colonia y el regreso triunfal que tuvieron años más adelante. “Tienen una liga con el triunfo del pensamiento progresista y nacionalista en nuestro paìs. El xolo es tradición pero también es resistencia y revolución”, dicen los senadores.
En fin, ya es oficial: el Xolo es la nueva mascota de la CDMX… tan contentos que andábamos con nuestro chapulín.