Tras conocer al oso tequilero del honorable funcionario veracruzano que se la anda pachangueando en Brasil creímos que cualquier cosa relacionada a los felpudos animales ya no podía sorprendernos, pero…
Como parte de un operativo la policía del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México vio medio sospechosos a unos ositos de peluche, por lo que procedieron a pasarlos por báscula y –para su sorpresa- los abrazables objetos resultaron tener en su interior cráneos y otros huesos.
Aunque suponemos que al principio la policía pensó que ya habían destazado a unos genuinos oseznos, después de un profundo análisis se dieron cuenta de que los objetos óseos no pertenecían a los animales, sino que eran humanos.
La detección de los restos humanos se dio gracias a que los empleados del servicio de mensajería “detectaron, a través de una cámara de rayos x, objetos contaminados en el interior de dos osos de peluche, por lo que solicitaron la intervención de elementos de la Policía Federal”.
En la operación se detuvo a una persona identificada como Fidencio Aparicio Ramírez, la cual declaró que se dedicaba a la venta de hierbas medicinales y que cuando la gente buscaba cosas más fuertes, pues también metía en su catálogo restos óseos… no podía tener su puesto en otro lugar, nada menos que donde el Brujo Mayor surte su despensa: el Mercado Sonora.
El esotérico detenido agregó que los peluchitos serían enviados por paquetería al extranjero para realizar rituales de santería. Aunque la detección de los restos humanos fue hecha desde el 7 de junio, las autoridades se esperaron hasta tener los pelos de la burra en la mano –en este caso al responsable- a quien localizaron por medio del número telefónico que había proporcionado a la empresa de envíos.
Por lo mientras, el niño Fidencio enfrentará cargos por cometer delitos contra la salud, en su modalidad de comercialización y sacar del país restos humanos sin permiso. Ya ingresó al Reclusorio Preventivo Varonil Norte.