En la tierra donde hay lugares de ambiente y todo es diferente, las cosas se podrían poner muy raras, ya que se especula que Alberto Aguilera Valadez podría perfilarse a la gubernatura de Chihuahua. Así es: el mismísimo Juan Gabriel, quien, por la foto que ilustra este post, podemos suponer que tendrá un estilo muy a la Gaddafi.
El sabroso chisme se comenzó a desatar debido a que el gobernador César Duarte organizó una comida en la que citó a sus gallos para sucederlo. Nada fuera de lo normal para los medios locales: la senadora Lilia Merodeo, Graciela Ortiz, el alcalde de Chihuahua Javier Garfio, el alcalde de Juárez, Enrique Serrano y el coordinador de políticas públicas del Gobierno del Estado, Héctor Murguía… sin embargo, “el divo de Juárez” fue el invitado sorpresa.
Aunque muchos al enterarse de esto comienzan a cantar “¿Pero qué necesidad?” (claro, uno de los éxitos de Juanga) hay que estar conscientes que no sería nada fuera de lo común que el cantautor dirija los destinos de la entidad del norte… La combinación política-farándula no es nada fuera de lo común en nuestro país: nomás acuérdense que ahí tenemos a Carmelita Salinas de diputada, a Cuauhtémoc Blanco de alcalde de Cuernavaca y al conocidísimo Tony Meléndez (de Conjunto Primavera) como diputado federal por parte del PRI en Chihuahua.
Además, hay que recordar que Juan Gabriel ha hecho su luchita para ser muy querido en Chihuahua, tierra a la que ha visitado en diversas ocasiones para echarse unos palenques de campeonato (también da conciertos). Los medios locales no descartan al “divo” como futuro candidato, ya que si es por dedazo (no del que están pensando), Duarte, con quien tiene una fuerte amistad, con gusto se lo daría.
De candidatearse… y ganar, Juanga seguro impondría una política de austeridad, teniendo como himno de su administración su hit “No tengo dinero” y haría del “Noa noa” la casa de gobierno… ¿qué más se puede pedir?