Este sujeto aunque quisiera no comer sólo una, si no quiere acabar con cruda debe hacerlo, ya empacarse todo un sobre de papitas para él representa echarse unos buenos alcoholes. Aquí su triste y pegadora historia.
Oriundo de Reino Unidos, Nick Hess posee una condición física conocida como “síndrome de autocervecería”, que es algo así como la capacidad de convertir cualquier carbohidrato que llega a su panza en alcohol, esto debido al sobrecrecimiento de levadura.
Aunque como se mencionó sucede con cualquier carbohidrato, Hess notó que especialmente las papas lo ponen en estado “José José”. Durante años sin saber por qué, despertada jalao’ después de comer papas o pure de papa… incluso su esposa llegó a sospechar y buscó botellas en rincones de la casa.
Como todo buen borracho, Nick negaba la situación, pero fue hasta que su mujer lo grabó en estado etílico –sin probar gota de alcohol, claro- que el sujeto se dio cuenta que algo no estaba bien…
Ya hospitalizado, le fueron suministrados carbohidratos, lo que ocasionó que el nivel de alcohol en la sangre ascendiera a niveles equivalentes a echarse siete shots de whisky… Detectado el problema, le fue recetada una dieta baja en carbohidratos, además de unos buenos medicamentos para controlar el mal.
“Tengo que agradecérselo a mi esposa. Ella siguió buscando por la respuesta cuando yo ya me había dado por vencido” comentó el héroes de esta historia, a quien no es necesario regalarle una preciosas botellas para tenerlo “contento”… basta con una buena dotación de comida chatarra y listo: borrachera y bajón en un solo paquete.
