Para qué cargar estorbosos morrales o mochilas, pudiendo echar mano de esas carnes que a muchos nos sobran. Un innovador estadounidense hizo de su exceso de grasa un práctico estuche, el que por desgracia, no alcanzó a patentar debido a que no lo creó para cuestiones muy lícitas que digamos.
Christopher Mitchell, más conocido por sus cuates como el “Fat Boy” hace unos días fue detenido junto con su compañero Keithian Roberts, por la policía de Volusia, Florida… nada fuera de lo común: el morenazo iba a bordo de su vehículo sin cinturón de seguridad, por lo que al ser informado del motivo de detención, el hombre alegó que no podía colocárselo debido a su voluminosa anatomía.
Comprensivos ante la situación corporal de Mitchell, los polis iban a dejar ir a la pareja; sin embargo, al notar el nerviosismo de los cuarentones procedieron a realizar una rápida inspección al auto que rifadamente transportaba a Mitchell. De ahí, con ayuda de un perro rastreador, les encontraron cocaína y restos de marihuana.
Quizá por la forma en que comenzaron a temblarle sus carnes o porque el perro veía al “Fat Boy” como salchicha, los policías decidieron pasarlo por báscula, encontrándose con la sorpresa de que el rechoncho hombre llevaba entre los pliegues de sus carnes –más conocidas como lonjas- un paquete con 23 gramos de marihuana.
El hecho ya sólo contará como mera anécdota, ya que tanto Mitchell como su colega estaban más atorados que nada: además de la cocaína encontrada en el auto, también se les halló una pistola y 7 mil dólares cuidadosamente ocultos en un calcetín.
Mitchell seguramente será procesado y puesto a dieta para evitar que reincida. Esperemos que su caso no sirva para que en el futuro todo gordito sea sospechoso de tráfico de drogas.