¿Listos para el desayuno?
Desde agosto, Cecilia Westbrook, una estudiante de la Universidad de Wisconsin, decidió que lo suyo no era comer yogurt credo por empresas que quién sabe qué le echen a sus productos… Así que mejor creó el suyo, a partir de sus fluidos vaginales.
La razón no tiene ninguna connotación sexual, simplemente que la científica siempre pensó que se podrían usar las bacterias y organismos del interior de su vagina para la producción de un yogurt con propiedades saludables.
Además, para ocultar el saborcito particular que seguramente tiene el producto, Westbrook añadió arándanos y dejó un yogurt “agrio y con aroma especial, que deja un hormigueo en la lengua”, esto descrito por Janet Jay, amiga de Cecilia, quien aseguro que
“Westbrook no produjo el yogurt para alimentar bromas. Y ciertamente no lo hizo porque tuviera hambre”.
Aunque nos cueste trabajo creerlo, el lactobacilo que se utiliza en la fabricación de alimentos fermentados –como el queso o los yogurts- se encuentra en el interior del preciado punto de la anatomía de las mujeres…
Sin embargo, según Larry Forney –especialista en microbiología- comer la bacteria vaginal que se aloja en el interior de la cavidad femenina no es muy buena idea… ya si llega a la boca de hombres por la prácticas sexuales, eso es otro asunto.
¿Quién se atrevería a probarlo?… no sabemos de donde la saque, pero el mío sin granola.
*Vía Huffington Post
