Hay decenas de cosas que la gente podría querer meter de forma ilegal a Estados Unidos. Sin embargo, nunca pensamos que alguien quisiera ingresar caracoles vivos a territorio gringo.
Y no cualquier tipo de caracol panteonero, de esos con los que comúnmente podemos toparnos en época de lluvia, sino de 67 caracoles africanos gigantes procedentes de Nigeria.
El cargamento llegó al Aeropuerto Internacional de Los Ángeles el pasado 1 de julio. Al notar que se trataba de caracoles vivos (en conjunto pesaban 35 kilos), los decomisaron. En la documentación se indicaba que los caracoles eran para consumo humano. Unas muestras de estos caracoles fueron enviadas al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) para que fueran identificadas por expertos en Washington, DC.
Ahí, especialistas en moluscos determinaron que estos animales son parte de los caracoles africanos gigantes, la especie de caracoles más grande del mundo que pueden medir hasta 20 centímetros de largo y vivir hasta 10 años.
Después de ser inspeccionados, el USDA incineró a los caracoles, ya que estos están prohibidos en Estados Unidos pues pueden traer consigo parásitos dañinos para los seres humanos, entre ellos uno que puede provocar meningitis, además también son plagas agrícolas. Maveeda Mirza, directora de la Aduana y Protección Fronteriza de Estados Unidos, señaló que:
“Estos caracoles son gravemente perjudiciales para las plantas locales, ya que se comen cualquier tipo de cultivo al que llegan”.
De hecho, hace un año una de estas plagas invadieron el sur de California. Mirza señaló que, por ahora, se realizan investigaciones para saber el motivo por el que una persona quería tantos caracoles, y si ésta sufrirá posibles sanciones.
“Estamos investigando lo que sucedió, pero al parecer no hay un caso de contrabando implicado. Cuando alguien no sabe que una mercancía está prohibida por las regulaciones del USDA, por lo general no hay castigo”.
Aunque con anterioridad un viajero ya había ingresado de forma accidental a Los Ángeles dos caracoles gigantes en su equipaje, ésta es la primera vez que confiscan una cantidad tan grande de estos animales.
¿Y si el destinatario nomás los quería prepararse un coctelito o una sopita de caracol?