De acuerdo con The Wall Street Journal y Bloomberg, Peña Nieto busca una reforma energética que permita pagar en crudo a los inversionistas a través de un tipo de contrato que no se había considerado hasta ahora. López Obrador se opone a cualquier modelo de inversión extranjera y escribe a líder de Exxon.
The Wall Street Journal publicó hoy una nota en que explica que Peña Nieto se encuentra negociando una reforma energética aún más ambiciosa que la que presentara originalmente con la intención de atraer la mayor cantidad de inversión posible. En este sentido, miembros del PRI y el PAN están en negociaciones avanzadas para modificar la ley de tal forma que sea posible compartir la producción de crudo (y no sólo las utilidades) y conceder contratos para acceder a depósitos de esquisto y crudo en aguas profundas.
Según los datos del WSJ y que fueron replicados por Bloomberg, quedan propuestas tres formas de inversión para extranjeros: 1) compartir las ganancias finales de la venta del crudo al que ha ayudado a extraer, 2) cobrar su colaboración directamente en crudo y 3) cobrar una cuota fija de forma previa a la explotación. En la propuesta original de Peña Nieto se barajaba únicamente la primera forma. Los impulsores de esta nueva reforma esperan tener un dictamen que presentar al senado antes de que termine este mes.
Peña Nieto explicaba, tras entregar su propuesta al poder legislativo, que no se trataba de un movimiento en busca de una privatización de Pemex y ofrecía como argumento, precisamente, que la empresa mantendría en su poder al petróleo hasta venderlo y que simplemente compartiría las utilidades de la venta con las empresas extranjeras que invirtiesen en la explotación. Bajo este nuevo esquema, sin embargo, este argumento ya no es válido.
Por su parte, el excandidato a la presidencia Andrés Manuel López Obrador no está dispuesto a ceder ante la idea de la inversión privada en Pemex bajo ningún modelo. Este martes escribió al consejero delegado de la petrolera estadounidense Exxon Mobil, Rex W. Tillerson, pidiendo no invertir en la explotación de pozos petroleros mexicanos.
En su misiva, López Obrador afirma que la inversión extranjera en la explotación petrolera mexicana implicaría obviar los esfuerzos y frutos de una revolución que costó miles de vidas al país en miras de una ardua y profunda transformación hacia la democracia plena.
“El petróleo, señor Tillerson, no es de Enrique Peña Nieto, ni del gobierno y ni siquiera del Estado. Por justicia y derecho, es del pueblo y de la nación. De modo que lo exhortamos a medir las consecuencias de establecer relaciones de negocios con un gobierno que pretende transgredir los principios básicos y el espíritu de nuestra ley fundamental”, advierte.
Te presentamos aquí el texto completo de esta carta:
