Miller ha salido de la jaula literalmente, con un benéfico escándalo.
Muchos conocen al actor, Wentworth Miller, como el protagonista de la serie Prison Break, pues bien, Miller acaba de salir del closet en una carta enviada a Maria Averbakh, directora del Festival Internacional de Cine de San Petersburgo.
En la carta de invitación Miller comienza diciendo
Gracias por su amable invitación. Como un hombre que disfrutó mucho de visitar Rusia en el pasado, y que puede presumir de una ascendencia rusa, me haría muy feliz decir que sí. Sin embargo, al ser un hombre homosexual, debo decir no“.
La carta continúa con esto:
“Estoy muy contrariado por la actitud actual y el trato que se les está dando a los hombres y mujeres gay por parte del gobierno de Rusia.
La situación no es aceptable bajo ninguna circunstancia y no puedo ser congruente con mis principios y participar en una celebración alojada por un país en donde a la gente se le están negando, sistemáticamente, sus derechos básicos a vivir y amar abiertamente.
Tal vez, cuando las condiciones mejores, seré libre de tomar una decisión diferente.
Lo interesante del asunto no es que Miller haya salido del closet sino que haya convertido ese acto en un acto político mediático. Pero ¿de qué congruencia habla Miller? Si pensamos que, al final, salir del closet es la valentía de vivir libre, de vivir mejor contigo mismo y con los demás, entonces hace mucho sentido que Miller utilice este gesto para denunciar cómo los demás, es decir los rusos homosexuales, no pueden tener una vida plena.
Salir del closet siempre es un acto político, pero Miller ha utilizado su carta para entrar en un debate espinoso en torno a las libertades individuales y los derechos humanos en Rusia. No es un secreto que en el país de los zares, la persecución y la violencia hacia los homosexuales ha tomado un tinte escabroso.
Al final, entre más visible sea esta situación, más fácil será comenzar a contrarrestarla. Los rusos tendrán que lidiar tarde o temprano con una apertura que ven como un monstruo come tradiciones y empezar a verla como una condición sin la cual no pueden tener una convivencia justa.
Aquí la carta íntegra: