‘Se va a poner bueno’ decían, ‘será divertido’ decían, pero, hasta ahora, ni una ni otra, sino todo lo contrario.
Llevamos siete días de ver a Donald Trump cumplir sus promesas de campaña. Un plumazo por aquí, un plumazo por allá, un tuitazo por aquí y otro tuitazo por allá. No sé ustedes, pero al menos yo ya estoy hasta el huevo de ver cómo Trump dice, y el mundo reacciona.
¿De verdad en todos estos meses el gobierno mexicano no hizo otra cosa más que rezar para que el discurso de Trump resultara en una simple estrategia electoral? Como dicen por ahí, ‘el león cree que todos son de su condición’. Y, la verdad, es que a estas alturas lo que duele ya no son los trancazos, sino ver cómo nos están pateando en el piso, y que la mejor reacción de nuestro gobierno -lejos de meter las manos- sea la de poner la otra mejilla, simplemente para ser chamaqueados una y otra vez. Como dice el dicho en inglés “Fool me once, shame on you. Fool me twice, shame on me.”
El dilema no es fácil, pues, por donde se le vea, las cosas ya se están poniendo feas. ¿Qué tan feas? Ésa es la pregunta que tenemos que hacernos, porque, hasta ahora, el miedo ha sido la principal herramienta de Trump para controlar el tablero, y desde hace siglos está comprobado que nada paraliza más que el miedo. Por supuesto que los temores son justificados, pero ¿depreciación del peso?, ¿crisis económica?, ¿aumento en la inseguridad? Perdón, pero ¡¿no es algo que de todas formas ha ocurrido en los últimos meses?!. La pregunta aquí sería: ¿hemos hecho algo más que “esperar a que llegue Trump pa’ ver cómo nos va” y tuitearle una y otra vez nuestra disposición al diálogo?
Es momento de voltear a vernos a nosotros mismos, y no lo digo desde la falacia de “El cambio está en uno mismo” ni mucho menos. Por el contrario, tenemos que darnos cuenta de todo el poder que le estamos dando a los tuitazos de ‘Trump’ para a partir de ello, saber cómo vamos a reaccionar. Básicamente, el clásico caso de mientras nosotros vamos, él ya fue y vino, pero ¿qué pasaría si por un momento asumiéramos nuestro papel como un jugador clave para toda la región?
Vaya, hasta por simple estrategia cambiar el discurso de “El Muro” que separa a México de los Estados Unidos, por “El Muro que separa a Estados Unidos del resto del continente americano”.
Sí, en muchas cosas nos hemos vuelto dependientes de Estados Unidos y, por lo mismo, es inevitable tratar de jugar al tú por tú con Trump y pensar que lo mejor que podemos hacer es boicotear a las marcas y productos estadounidenses.
Sin embargo, esas empresas generan empleos e inversión en México. Así que la ecuación es fácil, a menos ingresos, menos empleos… y, a la postre, ayudaríamos en muy poco. Por supuesto que si dentro de nuestras posibilidades podemos priorizar lo hecho en México, sería sensacional, pero -en mi muy humilde opinión- jugarle al tú por tú, es básicamente ponernos al nivel de Trump, y perder de vista que ni todos los estadounidenses son Trump, ni todos los mexicanos somos Peña Nieto. Si Estados Unidos nos pone aranceles en ciertos productos, pongamos aranceles a ciertos productos. Política de reciprocidad y punto. Pero ¿de ahí a decir que nadie vea el Super Bowl y todos vean la Liga MX, no es un poco absurdo? Vaya, lo pongo de la siguiente forma: “Deja de ver Netflix y ponte a ver BLIM”. ¿Ah verdad?
El mundo está cambiando, y llevamos apenas una semana. Tenemos que voltear a vernos a nosotros mismos. Recordar que somos un país de gente chingona, que ha salido de malas y de muy malas.
Mucho se ha hablado de Peña Nieto y Luis Videgaray, pero ¿alguien sabe en dónde están el Secretario de Desarrollo Social y el Secretario del Trabajo? Digo, porque está claro que si hay un momento en donde se necesitan los planes de ayuda social e impulso al trabajo, es justamente ahora.
No quiero sonar como coach de vida, pero es un hecho que las crisis abren oportunidades y no hay mejor momento para preguntarnos “¿Qué vamos a hacer?”, que ahora mismo. ¿Vamos a seguir esperando a que Trump diga para que EPN reaccione? o ¿vamos a ponernos las pilas y exigir a nuestros gobernantes que trabajen para los nuestros y no para los suyos?
Sopitas