En su página de internet, la aerolínea VivaAerobús comparte los requisitos para viajar con una mascota. El usuario que desee transportar a su peludo (perro o gato, exclusivamente) debe de pagar una cuota para que su este sea transportado como “equipaje documentado”. En caso de que se trate de una mascota miniatura, esta puede viajar en la cabina. En otros puntos, se especifica que el cliente debe llevar a su mascota en una jaula de material rígido y debe de presentar la cartilla de vacunación o registro del animal; el peso máximo (incluyendo la jaula) no debe superar los 32 kilogramos. En su sección de términos y condiciones, la empresa señala que ellos no se responsabilizan “por la alimentación y cuidado” y que el “pasajero podrá transportar a su mascota bajo su entera responsabilidad“.

Este jueves 28 de diciembre, el portal Animal Político publicó la historia de Elvia, una catedrática de antropología física, que desconoce el paradero de Pericles, su gato, desde el pasado 19 de diciembre. La desaparición del gato se debería a la desatención y negligencia de VivaAerobús. Para esta temporada decembrina, la académica compró un pasaje en esta aerolínea para viajar de Chihuahua a la Ciudad de México y pasar las fiestas en la capital. Elvia compró su boleto y también realizó un pago extra (mil 969 pesos) y cumplió con todos los requisitos (vacunas y kennel asegurado) para que su minino volara en un “compartimiento especial exclusivo para mascotas“.

Al arribar a la CDMX, le salieron con el cuento de que Pericles había escapado.

VivaAerobús pierde a gato y se desentiende el problema

Mi gato no es una maleta…

“Cuando llegué a la Ciudad de México, me informaron que podía recoger a mi mascota en la cinta 8, pero tardaron más de una hora (en ponerla en funcionamiento), y al final salió el kennel donde viajaba mi gatito, aunque con angustia vi que estaba vacío”, indicó Elvia al portal Animal Político. El supervisor de equipaje de VivaAerobús le comunicó a la dueña que Pericles “salió corriendo”, supuestamente, cuando se abrió el compartimiento de equipaje. El empleado que la atendió le dijo que lo único que podía hacer era levantar un reporte de daño o demora de equipaje. “Mi gato no es una maleta. Yo pagué precisamente para que recibiera el trato especial que merece un animal en un vuelo, yo cumplí con los requisitos que me pusieron”, dijo Elvia al medio.

La catedrática pasó toda la noche en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) el 19 de diciembre. En primera instancia, solicitó entrar a la zona de descarga para llamar a su mascota. “Porque si escucha mi voz va a venir a mí”, argumentó Elvia. Le dijeron que no podían dejarle ingresar a ese lugar porque es una “zona federal”. Y después vino el peregrinar: fue primero a la Brigada de Protección Animal del aeropuerto, ellos le sugirieron ir al módulo de la Profeco, una vez ahí, una funcionaria le pidió aguardar mientras ella veía el caso con VivaAerobús. Cuando esta trabajadora regresó, le comunicó a Elvia lo que ya le habían dicho antes: no se podía hacer nada más que levantar un reporte.

VivaAerobús pierde gato y no se responsabiliza

En esta ocasión, le dijeron que Pericles seguramente se había perdido en la escala que el vuelo hizo en Monterrey. Esto es mentira, afirmó Elvia, debido a que su viaje fue directo Chihuahua-Ciudad de México, sin escala alguna, pues. La noche del 20 de diciembre, la catedrática recibió la llamada de alguien que se presentó como supervisor de tráfico de VivaAerobús. Esta persona le comunicó que “iba a ser muy complicado” localizar a Pericles y que no había esperanza alguna de localizarlo. “Pero yo creo que mi gato no debe ser tratado como una maleta, sino como un pasajero con derechos de vuelo, algo que señala la misma Profeco, la cual establece que las mascotas deben ser transportadas con medidas que disminuyan su tensión, sufrimiento, dolor y traumatismo”, consideró la catedrática.

Elvia cree que es imposible que su gatito haya podido escapar del aeropuerto debido a que el lugar está rodeado de una barda doble y ha solicitado que los encargados de la aerolínea busquen a Pericles “sin parar” hasta encontrarlo. En una semana, la catedrática tendrá que volver a Chihuahua.

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