Desde su visita a la Fonoteca Nacional y al Vive Latino del año pasado (2013), Los catalanes de Cabo San Roque no habían pisado oficialmente el suelo mexicano. Ahora se presentan en el Foro del Bosque con su espectáculo “Bestiario” el cual contiene una interesante reflexión sobre la forma y el sonido. Al mismo tiempo, coloca al instrumento musical como actor, generador de música y escenografía simultáneamente en una puesta en escena muy peculiar: un total viajesote. c

Bestiario corresponde a la extraña inquietud por parte de los integrantes de Cabo San Roque quienes buscaban construir una orquesta de animales con aptitudes musicales para que imiten a Thelonius Monk o Cecil Taylor por medio de ladridos y otros recursos. Y por si fuera poco, para aderezar más la locura, la sinfonía debía ser acompaña de la lectura de bestiarios medievales (De ahí el nombre de Bestiario).

Pero antes de avanzar, por si no conocían a esta banda de música experimental y arte sonoro, les comento rápidamente que su rasgo distintivo es la construcción por cuenta propia de muchos de los artefactos musicales que ocupan en sus presentaciones. Una suerte de mecanismos elaborados en gran medida de materiales “reutilizados” como huesos de animales, engranajes, ollas, trozos de madera, botellas de vidrio o hasta los macillos de un piano, todo susceptible de generar sonidos rarísimos pero geniales.

Lo verdaderamente interesante de estos aparatos es que funcionan como autómatas (o sea, sin un músico que los ejecute, propiamente) gracias a que pueden ser programados por computadora y pueden realizar distintos patrones de movimiento para generar distintas melodías o ritmos verdaderamente increíbles. No obstante, Cabo San Roque también son excelentes a la hora de ejecutar instrumentos más convencionales como pianos, sintetizadores, batería, guitarra o trompetas al puro estilo de “Le Luthiers” logrando como resultado un espectáculo sin igual.

Ahora que se pueden dar una idea del talento de estos artistas podrán imaginar la belleza de la escenografía a la cual el espectador se enfrenta cuando se abre el telón y un ruido similar a una compuerta futurista nos da la bienvenida…

“Al principio era el Sonido”, fue la frase con la que inició la función.

Proveniente de un televisor al centro del escenario, la imagen de una boca videograbada se sincronizaba con una voz en off que se escuchaba desde lo alto de las bocinas. Esta voz a cargo de Mónica López sirvió de narradora, actriz y guía a lo largo de las distintas piezas de la agrupación. Si bien recitó fragmentos de “el origen musical de los animales símbolos en la mitología y la escultura antiguas” de Marius Schneider así como de la “Naturalis Historae” de Plinio y otros bestiarios como lo demandaba el anhelo de la banda, la misma voz terminó por volverse un instrumento musical más, ya que la agrupación considera la parte sonora del lenguaje hablado y hace uso de ella en su presentación de manera formidable.

Alrededor de la dichosa pantalla, se ubicaban hartos artefactos como un árbol que sonaba a xilófono del cual se le desprendían “aves”; justo a la mitad del escenario, una serpiente elaborada con una manguera bastante gruesa y el cráneo de un animal y también una jaula que contenía algo muy parecido a una máquina que “lijaba tela.” Estas y otras esculturas fungían como metáforas de animales, las cuales se fueron activando durante la velada sorprendiendo y deleitando con su música autómata a los espectadores.

En unos casos el sonido de unas varas de metal vibrando se asemejaban al sonido que emiten los insectos. Otros eran bestias estaban hechas con micrófonos colgando de sus atriles sobre amplificadores; simulaban ser una especie de burros . Alguna bestia elaborada con tela y engranes percutía detrás de una jaula doméstica. Otros más simples como una concha de mar fungía como una bestia-tambor. El croar de las ranas se lograba con un dispositivo que recorría un pedazo de madera unido a una caja de disolvente vacía para generar resonancia. Había inclusive “animales” embotellados que se ahogaban armónicamente. En fin, ingeniería, música e imaginación unidas de la mano para la construcción de la orquesta animal soñada.

Cada una de las piezas que se interpretaron a lo largo de la noche transitaban por diferentes texturas. Las había dinámicas y jazzísticas donde los músicos podían hacer alarde de sus habilidades, otras eran más rockeras en un tradicional 4/4 donde el acompañamiento de los “animales” fue clave para adornar las piezas. Unas eran lentas y muy melódicas, llenas de notas distorsionadas por parte de la guitarra y su mar de pedales que nos envolvían y generaban ambientes en los cuales uno podía perderse entre el croar de las latas de solvente y las constantes onomatopeyas por parte de los músicos y los contrapuntos de las voces en off.

Otras tenían ligeras notas de comedia como es el caso del karaoke latino (de la lengua latína, nada que ver con el reggaeton) que reinterpretaba una pieza clásica en un formato de karaoke, y para lograr la ilusión de un coro antiguo los integrantes que cantaron se valieron de sintetizadores de voz. Así mismo, tanto los “animales” como la voz en off eran utilizados en varias ocasiones como base rítmica sobre la cual irían tocando el resto de la agrupación generando piezas de complejidad sorprendente.

Al final de los catorce temas que pasaron ligeros, los aplausos no se hicieron esperar. Presenciamos adaptaciones musicales únicas de obras clásicas como “Las ranas” del Rig Veda como de las obras de Michael Maier y Pierre de Beauvais (autores que en mi vida había oído nombrar muy interesantes) Y Cabo San Roque también demostró su competencia conceptual como agrupación, ya que, si bien ellos mismos se autodenominan como banda difícil a la hora de clasificar su trabajo, con este trabajo demuestran una capacidad que rebasa el quehacer de cualquier músico convencional.

Uno de los integrantes, Roger Aixut, el cual nos confesó sentir gran admiración por la banda mexicana Vicente Gayo la cual recomienda ampliamente entre su círculo de amigos, asume que tienen poca relación con otras bandas en España, ya que su música es como un golpe de timón: se dirige hacia donde ellos quieren y para donde sienten necesidad de explorar. Es por esta misma razón por la cual congenian mucho con la gente de teatro. Al final de la charla pregunté si participarían de nuevo este año en el Vive Latino, lamentablemente recibí una negativa por respuesta, aunque claro, la esperanza muere al último. La agrupación tiene el plan de sacar un material discográfico para este año, la fecha aún no está confirmada ni la cantidad de integrantes que participarán en él. Pues si bien para esta obra participaron Josep Seguí, Roger Aixut y Laia Torrents, es probable que sólo los últimos dos permanezcan en la agrupación acabadas las funciones.

La obra se presenta en el foro el Galeón del Foro del Bosque y sólo durará 8 funciones desde el 6 hasta el 16 de Marzo. El horario es de Jueves y viernes a las 20:00 h, sábados a las 19:00 h. y domingos a las 18:00 h. El costo del boleto es de $150. Si gusta más información sobre esta compleja pero interesante agrupación, visiten su página: cabosanroque.com

 

Por: Eduardo Guerra

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Fundé Sopitas como hobby y terminó siendo el trabajo de mis sueños. Emprendedor, amante de la música, los deportes, la comida y tecnología. También comparto rolas, noticias y chisma en programas...

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