Desde que los “caminos de Michoacán y los pueblos que voy pasando” son la ruta del crimen organizado, ya nadie quiere ir para allá, el obispo de Apatzingán afirma que es un Estado fallido y el gobernador hace oídos sordos, pensando que no pasa nada.
En una carta enviada a las autoridades, el obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez, denunció los vínculos entre las autoridades y el crimen organizado.
“Los gobiernos municipales y la policía están sometidos o coludidos con los criminales y cada vez más crece el rumor de que el Gobierno estatal también está al servicio del crimen organizado, lo que provoca desesperanza y desilusión en la sociedad”.
En la misiva destaca que la violencia del crimen organizado se ha recrudecido en Michoacán en los últimos meses:
“Han aumentado los levantones, los secuestros, los asesinatos, el cobro de cuotas se ha generalizado y familias enteras han tenido que emigrar por el miedo y la inseguridad que se está viviendo”, escribe.
Según información de El Economista, por cada hectárea de cultivo, los delincuentes les exigen una cuota de 2,000 pesos, mientras que a los vendedores, les cobran entre 1 y 3 pesos por cada kilo, para poder comercializarlo. El problema es que el narcotráfico ocupa los espacios que el gobierno deja para después peleárselos entre ellos, entre esa batalla, la vida de los michoacanos puede ser arrebatada a cualquier hora, en cualquier lugar.
“El Estado de Michoacán, tiene todas las características de un Estado fallido. Los grupos criminales: Familia Michoacana, Zetas, Nueva Generación y Caballeros Templaros se lo disputan como si fuera un botín. La Costa: para la entrada de droga y los insumos de producción de las drogas sintéticas; la Sierra Madre del Sur y la zona aguacatera: para el cultivo de mariguana y amapola, el establecimiento de laboratorios para la producción de drogas sintéticas y refugio de los grupos criminales. Las ciudades más importantes y todo el Estado: para el trasiego y comercio de la droga, “venta de seguridad” (cuotas), secuestros, robos y toda clase de extorsión”.
Tierra Caliente es un área regada de cultivos de amapola y marihuana, feudo original del cartel de los Caballeros Templarios en disputa por otros grupos criminales.
El sábado 27, alrededor de 3,000 miembros de los grupos de autodefensa provenientes de Buena Vista, Tomatlán y Tepalcatepec, realizaron una marcha hacia Apatzingán para manifestarse contra el crimen organizado. Al mediodía llegaron al municipio e integrantes del Ejército les solicitaron dejar sus armas para poder ingresar. Las autodefensas le hicieron caso al ejército, aproximadamente a la tres de la tarde ingresaron al edificio de la presidencia municipal sin armas. Al salir, desde el campanario de la iglesia, francotiradores lanzaron granadas y balazos dejando tres heridos.
La noche de ese mismo sábado, 18 instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad, fueron atacadas de manera coordinada provocando que se quedara sin energía eléctrica casi medio millón de usuarios en una veintena de municipios, entre ellos, Apatzingán, Zamora, La Piedad, Ciudad Hidalgo, Zinapécuaro, Queréndaro, Tarímbaro, Uruapan, Zaguayo y Morelia.
Además se informó del hallazgo de cinco personas que fueron ejecutadas a balazos, abandonadas a bordo de una camioneta sobre la carretera La Piedad, en los límites con Jalisco y Guanajuato.
El Ejército, la Policía Federal y la Marina lo han intentado todo y después de todos estos años las bandas criminales siguen operando. Hay un absoluto fracaso del Estado para enfrentar la violencia, aunque el gobernador de Michoacán vive otra realidad, Fausto Vallejo dice que lo que ha ocurrido en el estado que gobierna son simples “actos vandálicos” que lo único que quieren es desprestigiar a los michoacanos.
El gobernador llevaba medio año con licencia por una enfermedad en el hígado.
La senadora panista, Luisa María Calderón dijo que gente de la campaña de Fausto Vallejo, gobernador de Michoacán negoció con el crimen organizado en la contienda electoral.
«Yo creo que tiene que ver con cumplir cosas a las que se comprometió como candidato, se dice que uno de los hijos de Fausto, está vinculado con el crimen organizado, y que ha sido difícil sacarlos del gobierno» dijo la senadora.
¿Cuál es la diferencia entre un Estado fallido y un Estado de sitio?
Estado fallido se refiere a un Estado débil en el cual el gobierno central tiene poco control práctico sobre su territorio. El estado de sitio faculta al gobierno para disolver organizaciones delictivas, ordenar la detención de sospechosos de alterar el orden público y conspirar contra el Estado. También otorga potestad para repeler por la fuerza las acciones del narcotráfico, que actúa fuera de la ley, por ello se dan a las fuerzas armadas facultades para los actos de represión.
El problema es que cuando se declara un estado de sitio, se restringen las libertades individuales a cambio de seguridad, quedan en suspenso las garantías constitucionales es decir que el ejército agarra parejo.
Ya les habíamos platicado de la ineptitud de Peña Nieto para resolver el conflicto en Michoacán, en ese momento planteábamos que no había una estrategia para combatir al crimen organizado distinta a la del sexenio anterior (no lo responsabilizamos del conflicto en Michoacán sino de no tomar cartas en el asunto). El gobierno federal lanzó una estrategia contra la delincuencia organizada en Michoacán y, a diferencia de la administración de Felipe Calderón, anunció que el combate se haría mediante un “frente común” con las autoridades locales, lo cual no ha dado resultados.
El obispo de Apatzingán, Miguel Patiño Velázquez manifestó que si Michoacán tiene características de estado fallido “es porque todas las personas en general estamos fallando”.