Se ha vuelto una bonita costumbre que en pleno evento deportivo un valiente le pide matrimonio a su amada. En algunas ocasiones la chica dice que sí; otras se espanta y de plano manda volar a su galán.
Sin embargo, acá les tenemos uno de esos casos que los hará sonreír y creer en el amor. Durante el juego entre Arizona y Washington, una porrista de los Cardenales recibió la visita de su prometido, un soldado norteamericano que no se aguantó las ganas y sorprendió a su “chiquita” dándole el anillo (sin pensar mal, eh).
Y así fue su reacción, con todo y la presión del estadio que vieron por la pantalla gigante del inmueble:
¡Viva el amor! (Aunque suene cursi, es uno de los mejores momentos del fin de semana).