Hay veces que con tanta emoción no nos damos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, ahora imagínense ganar una final de UEFA Champions League, levantar la orejona y ser el rey de Europa, no debe ser fácil contener las emociones.
¿Recuerdan aquellas medallas de los Juegos Panamericanos que se despintaban a la menor provocación? Posiblemente no eran las mejores pero tienen un valor sentimental, no habría por que despreciarlas y perderlas a los dos minutos de que te las entregan, pero a alguien no le explicaron eso.
Mientras los compañeros de Mandzukic cargaban la Champions, después de haber vencido al Borussia, el buen Mario saltaba y cantaba pero no se había dado cuenta que ya no tenía consigo su presea dorada. El francés Frank Ribéry se dio cuenta del hecho y le dijo a su cuate que dónde había dejado su metal.
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