Y tú, ¿cómo te pones cuando se te pasan las copas? A unos les da por el romanticismo, otros lloran y unos hasta se ponen violentos? Estás curiosas transformaciones etílicas no respetan clase social ni profesión, y lo mismo hace el “panchazo” un ciudadano común que un actor de Hollywood. Si no, pregúntenle a Jude Law.
Si ya saben cómo es, para qué lo dejan tomar.
Típico, vas una noche a un bar en Budapest y ves a un ebrio intentando besar a una atractiva rubia que hace lo posible por esquivar al romántico impertinente. Entonces te das cuenta que ese señor que habla arrastrando las palabras es ni más ni menos que Jude Law. Obviamente lo grabas con tu celular y subes el video a internet.
Después de que el video se viralizó, se descubrió que la rubia a la que Jude intenta meterle la lengua (en la boca), era nada más ni nada menos que Linda Zimány, modelo húngara de Playboy. Después de googlearla y ver sus fotos, no pudimos culpar a Jude de haber hecho su luchita (infructífera, pero luchita al fin y al cabo) con esta preciosa chica:
Al final, Law, que está en esa ciudad europea rodando una película, le robó de forma medio chafa un beso a Zimány, el cual no fue nada romántico y sí muy similar a una escena de Lucha Libre:
Ni hablar, la lucha se hizo y al final cayó como un héroe, igual que nos ha pasado a tantos de nosotros.