Pareciera que para robar a alguien se necesita sangre fría, nervios de acero y un corazón muy negro, fue así que literalmente, el corazón de un ladrón en acción se detuvo y no pudo llevar a cabo sus fechorías.
Seguro los ladrones brasileños planearon el robo toda la tarde, llegó el momento de la verdad, y sin imaginarse lo que iba a suceder, pusieron manos a la obra, cuando se acercaron a la víctima en la gasolinera uno de ellos sufrió un paro cardíaco, pero mejor véanlo con sus propios ojos:
A pesar de atacar a las personas que estaban ahí, de quitarles sus cosas, ellos intentaron ayudarlo sin pensar en lo que les había hecho ese hombre.
Robar y ser mala personas, muy posiblemente, le ocasionó esto, Los nervios se ponen a mil, el corazón late como una máquina desbocada, no resiste más y pasa lo inevitable.
¿Lo hubieran ayudado después de lo que hizo?