Es muuuy cierto que el futbol desata todo tipo de pasiones. Desde felicidad, alegría, risas, hasta la tristeza y las lágrimas. Y claro, sin olvidar la furia y el enojo que muchos no saben canalizar y hacen locuras.
Pues fíjense que en Trinidad y Tobago, en un partido de la liga local (sí, sí tienen liga en aquel país) un aficionado algo histérico bajó desde las gradas sólo para expresarle a uno de los jueces de línea que no estaba de acuerdo con él.
La verdad, este aficionado no estaba de acuerdo ni con que ese fuera el juez de línea y de plano se fue a las manos con él. ¡Se agarraron a macanazos!
Chéquen cómo estuvo:
Ya que la policía había llegado, el árbitro asistente todavía quería más…
pero como dice Molotov: “No se pelien men, no se pelien…”