Mucho se habla del ingenio del mexicano. De esa capacidad de ver oportunidades en donde pareciera que no las hay. Esta picardía o capacidad inventiva muchas veces termina degenerándose y volteando el camino. Hasta terminar en el agandalle. La siguiente historia es como salida de un guión irrisorio de los hermanos Wayans… y lo más triste del caso es que no es la primera vez que ocurre en nuestra Ciudad de México. La cosa está así: un hombre vestido de mujer fue detenido en la estación Patriotismo de la Línea 9 (café) del Sistema de Transporte Colectivo Metro después de que realizara tocamientos a una menor de edad al interior del transporte. El sujeto estaba vestido con una blusa floreada, lucía maquillado y tenía puesta una peluca con trencitas. Su detención fue posible gracias a que dos mujeres —de 22 y 17 años, respectivamente— solicitaron ayuda de los policías auxiliares para detener al hombre de 42 años.

El probable responsable viajaba en el vagón exclusivo para mujeres e iba con dirección a Tacubaya. De acuerdo con la víctima, este tipo aprovechó lo lleno del Metro para tocarle los glúteos. El implicado fue puesto a disposición de la Fiscalía de Delitos Sexuales, donde se le levantó una averiguación por el delito de abuso sexual agravado en vehículo de servicio público. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, nueve de cada diez mujeres que utilizan el Metro han sufrido algún tipo de acoso o acto de violencia en sus instalaciones. Tan solo de mayo a junio de 2016 se registraron más de 163 agresiones en el Sistema de Transporte Colectivo; más de 90% de estos casos fueron tocamientos en los glúteos.

En abril de 2009 se registró un caso similar en la Ciudad de México. La Procuraduría capitalina detuvo a un hombre que se disfrazaba de mujer para agredir sexualmente a usuarias del Metro en sus vagones exclusivos. El sujeto fue detenido gracias a la denuncia de una joven, la cual aseguró que fue acosada hasta en tres ocasiones por el mismo tipo disfrazado. En su defensa, el implicado dijo que dos personas lo habían asaltado y obligado a vestirse de mujer. Por suerte, había logrado librarse de ellos. Después abordó el transporte. El periódico Metro lo inmortalizó con la cabeza “Vestida… para tortear“.

Foto: Metro

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