En febrero de 2018, un cachalote macho apareció muerto en la playa de Murica en España. La noticia no se hizo esperar y varias organizaciones internacionales de protección animal y cuidado al medio ambiente levantaron la voz, sobre todo cuando después de la autopsia, revelada este mes, descubrieron que el cachalote murió por ingerir, aproximadamente, 29 kilos de basura.
El estudio reveló que el animal de 10 metros de largo y seis toneladas, había muerto por ingerir redes de pesca, plásticos como botellas y bolsas, desechos, un barril, y todo tipo de basura arrojada al mar y los océanos. Para ilustrar la noticia y la gravedad del problema, comenzó a circular en los medios la imagen de una ballena muerta en una playa. Con su enorme boca abierta se podía ver una cantidad obscena de basura sin digerir.
De principio, la imagen es impactante, pues ilustra un grave problema que los animales marinos, en este caso, han enfrentado desde hace algunos años. Sin embargo, esa imagen es “falsa”, o mejor dicho no corresponde al cachalote que fue hallado en España…
La imagen que circuló con mayor fuerza se trata de una instalación de arte, no una ballena real muerta. La obra, creada por Greenpeace Filipinas en mayo de 2017, poco menos de un año de la verdadera tragedia en España, tenía como objetivo –en pasado porque, finalmente, sucedió– representar la triste realidad de los criaturas marinas, al fragilidad de las mismas a pesar de tratarse de uno de los animales más grandes, y todo por culpa de la irresponsabilidad de los humanos.
De acuerdo con El Valle Wildlife Rescue Center, el cachalote en Murica murió por una dilatación-torsión gástrica en su estómago e intestino causada por la basura. Las paredes abdominales internas se infectaron de bacterias y hongos, lo que terminó en peritonitis porque el sistema de la ballena es incapaz de procesar y expulsar plásticos. En los humanos, los síntomas de la peritonitis son dolores en el abdomen, vómito y fiebre… imposible imaginar el estado del cachalote antes de morir.
La dieta regular de una ballena o cachalote son calamares y pueden llegar a vivir lo mismo que un humano, hasta 70 años. De acuerdo con el World Economic Forum, hay 150 millones de toneladas de plástico flotando en los mares y océanos del planeta. “Cada año, ocho millones de toneladas de plástico se derraman en el océano –lo que es equivalente a tirar contenedores de camiones de basura cada minuto. Si no se toman medidas, este problema va a aumentar a dos contenedores cada minuto para 2030, y cuatro por minuto en 2050… El océano podría llegar a tener una tonelada de plástico por cada tres toneladas de peces para 2025 y para 2050, más plástico que peces”.