El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello se ha sumado a los voceros venzolanos que hablan de la disposición que tiene su país para conceder asilo a Edward Snowden. Pero el viaje hacia Venezuela podría no ser tarea fácil para el extécnico de la CIA.
Cabello expresó desde Beijin (la capital de China, donde hace una visita oficial) expresó:
«Ojalá no ponga más obstáculos el Gobierno de Estados Unidos y entienda que este compañero merece vivir, tal como cualquier ciudadano»
Lo que dice Cabello se suma lo que ha estado expresando el presidente Maduro sobre ofrecerle a Snowden asilo humanitario. Es así como Venezuela parece la mejor opción para refugiar a Snowden, de la persecución por parte del Gobierno estadounidense.
Recordemos, a su vez, que el día de ayer un diputado de la Duma rusa, Alexei Pushkov, presidente del Comité de Relaciones Exteriores tuiteó que Snowden había aceptado el asilo que le ofrecía Venezuela, aunque media hora más tarde borró los tuits y puso otros en los que decía que la información era de parte de un medio de comunicación ruso.
Ayer, también, Hermann Escarra, abogado constitucionalista muy influyente en el gobierno, expresó en un programa principal de televisión de Venezuela:
«El presidente Nicolás Maduro no sólo ofreció asilo, sino que también se lo confirmó»
«Ahora lo que queda por resolver son problemas de otra naturaleza: él tiene suspendidas sus credenciales como ciudadano, su pasaporte, habrá que ver si un organismo internacional le facilita la situación para que pueda trasladarse a Venezuela y pueda ser asilado. En ese tránsito, él tiene un salvoconducto, un sistema de garantías, donde ningún país podría intervenir»
(Aquí están tanto Maduro como Cabello)
Esto contradice los múltiples gestos de aproximamiento que habían tenido Estados Unidos y Venezuela (recordemos el acercamiento de ambas delegaciones en la cumbre de la OEA que se celebró hace semanas en Guatemala). Además Venezuela había nombrado a un encargado de negocios en la capital estadounidense y hubo una reunión entre el secretario de Estado, John Kerry y el Canciller venezolano, Elía Jaua.
Por otra parte, la ruta que podría utilizar Snowden para llegar a Venezuela tendría que ser una distinta a la que se pensó en un principio, ya que un avión comercial, fortuitam ente tendría que pasar por el espacio aéreo estadounidense para poder llegar a suelo cubano (Cuba sería una escala obligada para llegar a Caracas – Venezuela–),a demás EUA podría hacer algo para parar el avión, digo, ya vimos lo que le hicieron al avión de Evo Morales.
La opción sería utilizar un avión privado (lo cual sería muy caro): Snowden mismo lo dice:
«Un avión privado, desde luego, parece que sería la mejor opción para mí»
«Tiene la ventaja de la simplicidad y el gobierno ruso participaría mínimamente»
Para evitar pasar por territorio estadounidense o de alguno de sus aliados Snowden tendría que irse por el Norte de Rusia (por el Mar de Barents) y desde allí por el estrecho de Dinamarca, de ahí debería continuar por el sur dirección a Terranova hasta llegar al este de las islas de Barlovento, para así cruzar por un boquete a través de ellas.
Claro que tendría que encontrar un avión que no necesitara recargar gasolina para un viaje tan largo. Según el presidente de Aviation Consulting, John Silcott, el avión podría ser el Gulfstream V el cual puede volar 7 480 millas continuas, lo cual sería suficiente para llegar de Moscú a Caracas.
Obviamente tendría que buscar una compañía no-estadounidense que le pudiera proporcionar el avión.
La ABC había estimado el viaje de Snowden hasta Ecuador (el cual era su primera opción) pero tal viaje le iba a costar unos 200 mil dólares ( alrededor de 2 millones y medio de pesos), hasta el momento Venezuela no se a ofrecido a pagar el transporte del extécnico de la CIA.
Una opción sería que Wikileaks (de Julian Assange) hiciera una recaudación (no hay gran problema con eso, ya que la organización es la que ha estado ayudando a Snowden hasta ahora).
La única opción pública de donador hasta ahora es por parte de el empresario islandés y partidario de Wikileaks, Olafur Vignir Sigurvinsson (así es, Sigur), el cual había ofrecido su jet privado a Snowden cuando Islandia era todavía una opción.