Qué lejanos quedaron aquellos días en los que el presidente Donald J. Trump se expresaba del ahora canciller Luis Videgaray Caso como un “brillante secretario de Hacienda” y “maravillosa persona”. En septiembre del año pasado todo era miel sobre hojuelas para estos dos. Videgaray fue la mente maestra detrás de la controvertida visita del político republicano a la residencia oficial de Los Pinos; después del escándalo que esta provocó, presentó su renuncia y adiós muy buenas. “Con Luis, México y los Estados Unidos habrían hecho tratos maravillosos, donde ambos, México y Estados Unidos, se hubieran beneficiado“, lamentó el mandatario estadounidense el pasado 8 de septiembre a través de su cuenta de Twitter. La historia la conocemos todos: Trump ganó las elecciones presidenciales —quizá nunca sabremos cuál fue el impacto que tuvo su visita a nuestro país en el repunte de la campaña—, don Luis volvió en forma de fichas como cabeza de la Secretaría de Relaciones Exteriores y las tensiones bilaterales han estado a la orden del día desde entonces.
Entre la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la filtración de la llamada entre el presidente Enrique Peña Nieto y Trump, la construcción del muro fronterizo, la cancelación de DACA y las distintas órdenes ejecutivas en perjuicio de los inmigrantes, la liga se ha ido estirando al punto de no dar más de sí. El caso más reciente fue el escueto —y forzado— mensaje que el republicano envió a México tras el sismo de magnitud 8.2 del jueves 7 de septiembre. Una semana después, y tras acusar “mala recepción” del teléfono celular de EPN, el magnate ofreció sus condolencias por el fuerte temblor que dejó devastación, más de un millón de damnificados y casi un centenar de personas muertas en la zona sur del país. La cosa no ha parado ahí y los malos signos siguen presentándose en la relación bilateral.
El periodista Raymundo Riva Palacio informó ayer, 18 de septiembre, que la Casa Blanca había anunciado a los invitados a una cena con Trump. Al evento fueron citados varios líderes de Latinoamérica para hablar sobre la situación de Venezuela. Ni el canciller Videgaray Caso ni algún otro funcionario mexicano fueron requeridos. Esto a pesar de que México ha sido uno de los países que ha criticado más duramente la gestión del presidente Nicolás Maduro. Peña Nieto canceló su asistencia a la Asamblea General de la ONU debido a los trabajos de reconstrucción de las zonas damnificados por el sismo. En su lugar, y como encargado de la política exterior, Videgaray Caso asistió a Estados Unidos para participar en el encuentro. Se esperaba que México fuera incluido en la reunión convocada por Trump, aunque esta decisión ha puesto en entredicho, de nueva cuenta, el futuro de las relaciones entre ambos países.
La Secretaría de Relaciones Exteriores todavía no ofrece una explicación o versión sobre estos hechos. De acuerdo con Riva Palacio, esto no “suena nada positivo”.