Lo que necesitas saber:
Ann Lee Dozier compró hace 5 años la vasija en una tienda de segunda mano. Creyó que era una réplica, pero una visita al Museo de Antropología le hizo ver que poseía una pieza original.
El buen ojo de una mujer de Estados Unidos la llevó a comprar lo que algunos consideraron una baratija, cuando en realidad se trataba de una valiosa vasija maya. Su intuición no falló y, para suerte de nuestro país, lejos de conservarla o revenderla, la estadounidense optó por devolver la preciada pieza a donde pertenece.
Vasija maya fue comprada en una tienda de segunda mano de Maryland
El acto de la mujer identificada como Anne Lee Dozier fue reconocido por el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma Barragán. Y como se merece: hasta hubo una pequeña ceremonia para recibir la vasija maya que la mujer compró hace un par de años por sólo cuatro dólares y unos cuantos centavos.
“Gracias a la generosidad de Anne Lee Dozier, ciudadana estadounidense, recuperamos una vasija clásica, datada entre el 200 y 800 d.C. Esta joya histórica será reintegrada al acervo del INAH para preservar nuestra rica herencia cultural”, reconoció Esteban Moctezuma en un mensaje publicado en sus redes sociales.
Pero bueno ya nos adelantamos mucho. Vámonos al génesis de esta conmovedora historia: De acuerdo con la National Public Radio de Estados Unidos (NPR), hace unos cinco años Anne Lee Dozier compró la vasija maya en una tienda de segunda mano de Maryland. La mujer vio el objeto en un estante de liquidaciones y, aún creyendo que era una simple reproducción, se le hizo que el precio era una ofertón: pagó poquito más de 4 dólares.
Ann Lee más o menos sabía lo que se llevaba, ya que, como defensora de derechos humanos de Christian Solidarity Worldwide, trabajó con comunidades indígenas de México… entonces, reconoció que la vasija tenía algún vínculo con nuestro país. “Me pareció vieja, pero no tan vieja… como de 20 a 30 años, tal vez (…) Y como es un país en el que trabajo y es muy importante para mí, pensé que sería algo agradable de tener”.
“Devolverla se siente mucho mejor que si lo pusiera en eBay y obtuviera un montón de dinero”
Y ahí tuvo la vasija maya en su casa… hasta que, en enero pasado, durante un viaje de trabajo, visitó el Museo de Antropología e Historia y vio en exhibición unas piezas que eran bastante parecidas a aquella que compró en cuatro dolaritos. La mujer no se quedó con la duda y habló con los encargados del museo, a ver si estaban interesados en autenticar su vasija… y el resto es historia.
Luego de mandar fotos y dimensiones de su vasija, pasó algún tiempo y, finalmente, recibió un correo electrónico de especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH): “decía ‘Felicitaciones, es real y nos gustaría recuperarla”.
“Me gustaría que volviera al lugar que le corresponde y a donde pertenece”, comentó Anne Lee Dozier sobre el futuro de su vasija. “La quiero fuera de mi casa porque tengo tres niños pequeños y… me quedé petrificada porque ¡después de dos mil años sería él quien lo arruinaría!”
Respectó a por qué no, por su cuenta, averiguó el valor de la vasija… y, con base en eso, tratar de venderla, la estadounidense dijo estas conmovedoras palabras: “Es realmente importante reconocer que a algunas de estas cosas, especialmente con tal valor histórico y cultural para todo un país, realmente no se les puede poner una cifra”.