En septiembre de 1990 se realizó el debate El siglo XX: la experiencia de la libertad. Durante una de sus intervenciones, el escritor peruano Mario Vargas Llosa habló sobre el sistema político mexicano y lo comparó con las regímenes en otras partes del continente. “Espero no parecer demasiado inelegante por decir lo que voy a decir (…) yo no creo que se pueda exonerar a México de esa tradición de dictaduras latinoamericanas. Creo que el caso de México, cuya democratización actual soy el primero en aplaudir, como todos los que creemos en la democracia, encaja en esa tradición con un matiz que es más bien el de un agravante”.
El autor de “La fiesta del chivo” calificó en esa ocasión el caso mexicano como “la dictadura perfecta” debido a la permanencia de un partido en el poder a través de los años. “México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México (…) Tan es dictadura la mexicana”, continuó, “que todas las dictaduras latinoamericanas desde que yo tengo uso de razón han tratado de crear algo equivalente al PRI”, mencionó el autor sudamericano.
Veinte años después, Vargas Llosa reculó y aseguró que la “dictadura perfecta” al final no lo era tanto y que al final se transformó en una “democracia imperfecta”, como todas las democracias latinoamericanas.
Y a todo esto, ¿con qué políticos mexicanos se ha relacionado Vargas Llosa?
En el año 2000, el escritor se reunió con el entonces candidato Vicente Fox Quesada. Tras una reunión con el guanajuatense en un hotel de Paseo de la Reforma, el literato consideró que el panista representaba la “transición hacia la democracia” mientras que votar por el priista Francisco Labastida significaba la “continuidad del sistema”. Fox Quesada, como sabemos, se convirtió en el primer presidente emanado de un partido distinto al hegemónico tricolor.
En septiembre de 2006, pasado el cerradísimo proceso electoral en el que Felipe Calderón Hinojosa resultó vencedor, Vargas Llosa escribió una colaboración en el diario español El País en la que describió a Andrés Manuel López Obrador como un “caudillo tonitronante“, “mesiánico“, “melodramático” y “payaso“. El ganador del Premio Nobel de Literatura 2010 se congratuló por la victoria del panista y aseguró que “de buena se libró México cuando su electorado, en un rapto de lucidez, prefirió, aunque por un número relativamente pequeño de votos, a Calderón , a su adversario, López Obrador, como futuro presidente”.
En marzo de 2011, el autor de “La ciudad y los perros” recibió la Condecoración de la Orden Mexicana del Águila Azteca de manos del presidente Calderón Hinojosa.
JVM y EPN: los gallos de Vargas Llosa en 2012
En 2012, el excandidato a la Presidencia de Perú expresó su simpatía por la candidatura de la también panista Josefina Vázquez Mota (quien terminó en la tercera posición). El novelista y cuentista consideró que para que la democracia se fortaleciera y continuara la lucha contra la violencia, el narcotráfico y la corrupción, “que ha dado con tanto coraje el presidente Calderón“, era necesario que Chepina llegara a Los Pinos. Así como lo leen. Vargas Llosa definió a la excandidata presidencial como una mujer “inteligente, demócrata y liberal”. ¿Qué les parece?
En 2013, ya con Enrique Peña Nieto como presidente, el escritor peruano declaró lo siguiente: “este PRI está funcionando dentro de la democracia. Está respetando la democracia, está proponiendo reformas que me parecen sensatas… Yo no hubiera votado por el PRI, pero el PRI que ha asumido el poder, hay que reconocerlo, no es el mismo de antaño”. Unos días antes el autor de “El héroe discreto” señaló: “¡Cuánto me alegro haberme equivocado!… ¡No era perfecta! ¡Era imperfecta, felizmente! … y la prueba es que hoy no hay una dictadura en México”.
Ayer, 28 de febrero, Vargas Llosa cargó, nuevamente, contra AMLO, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, y aseguró que “representa una democracia populista y demagógica, con recetas que están absolutamente fracasadas en el mundo entero“. El escritor le pidió a los mexicanos votar con “lucidez y no con el estómago” y hasta advirtió que en caso de que ganara el político tabasqueño, el escenario se podría parecer al que se vive en Venezuela. En esta ocasión, el Nobel de Literatura todavía no se ha posicionado a favor de alguno de los candidatos presidenciales. ¿Por quién creen que se decante?
