Con el creciente temor por la extinción del Phocoens Sinus, o como le decimos los cuates, vaquita marina, varios grupos de conservación alrededor del mundo están buscando la manera de poder salvar a esta marsopa originaria de México.

Inscrita oficialmente con su propia especie en 1958, la vaquita marina entró dentro de las listas de animales en peligro de extinción en 1985. Lamentablemente, este animal endémico ha visto caer su número de manera dramática.

Vía: New York Times

Para el día de hoy, varios científicos alrededor del mundo creen que tan sólo quedan entre tres o dos vaquitas marinas. En resumen, hemos fallado en nuestro intento por mantener a esta criatura entre nosotros.

De hecho, en la semana se encontraron los cadáveres de dos de estos animales en las redes de pescadores, lo que podría significar que este animal, ha dejado de existir en la tierra.

Tal parece que el destino de la vaquita era el de extinguirse, ya que los escasos esfuerzos del gobierno mexicano por conservarla fracasaron. Y si a eso le sumamos el interés de los cárteles de drogas por comercializar con el totoaba (pez cuya vejiga es usada en remedios tradicionales chinos), se complica aún más la ya de por sí difícil conservación de este cetáceo.

A todo lo anterior agréguenle los recortes que ha realizado el ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a varios organismos conservacionistas de la nación estadounidense; lo cual ha disminuido los de por sí ya escasos recursos de los grupos de conservación.

Entonces, ¿cuál es la respuesta?

Un comité de científicos mexicanos y estadounidenses ha determinado que la única manera de poder al menos conservar a los sobrevivientes (sobreviviente), es la de buscar al esquivo animal, capturarlo y llevarlo a una reserva para cuidar de él en cautiverio.

Claro, esto ha hecho que los científicos entren en un debate, ya que algunos creen que encerrar en una jaula a este animal no ayudará para nada.

Sin embargo, ¿qué más se puede hacer?

Su baja tasa de natalidad (se reproducen cada dos años) y su vida endémica entre e Mar de Cortés han hecho que los esfuerzos por conservarla sean en vano, además que nunca se ha tenido un ejemplar en cautiverio para su estudio.

Tal parece que la vaquita marina compartirá su destino con el delfín del río Yangtze en China, el cual desapareció de sus aguas en 2006.

A pesar de que se desconoce la función biológica de la vaquita marina –se cree que su desaparición no significará ningún tipo de riesgo ecológico– su extinción sería un golpe muy duro para los científicos del mundo y los grupos de conservación que han hecho todo lo posible para salvarla.

Esperemos que no se trate de animal que futuras generaciones sólo conocerán por los registros históricos.

Vía: The New York Times

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