Los capitalinos y habitantes de la zona metropolitana del Valle de México respiran de todo… menos aire limpio. Al menos así ha sido en la mayoría de los días que van de este 2016, ya que -según reporta la Secretaría del Medio Ambiente local- sólo 11 de los primeros 79 días del año pudieron considerarse “limpios”.
Para tan anhelado adjetivo, en los mencionados días no se rebasaron los 100 puntos en la concentración de contaminantes… por el contrario, para terror de nuestros pulmones, en 33 ocasiones se han alcanzado más de 100 puntos en el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire, los mentados “Imecas”… obviamente, en esos días la calidad del aire se consideró “mala”.
Algo nada bueno pasa con el aire de la capital, ya que, aunque apenas estamos comenzando el año, el número de veces en que se ha declarado precontingencia ambiental es el promedio anual de las que hubo entre 2003 y 2015. Es decir, en lo que va del 2016 ya se quemaron las tres precontingencias emitidas en años anteriores… vamos para romper récord este año.
Otro dato que sirve para medianamente comprender la amplitud de los problemas ambientales que tenemos en la zona centro del país es el hecho de que, desde 1999, no se había registrado una contingencia marca diablo como la que hace unos días afectó a la zona metropolitana por tres días… al parecer el asunto no se resolvió, ya que –como les informamos– nomás que regresen las actividades a la normalidad (esto después de las vacaciones) se pretende un nuevo plan de precontingencia.
Al parecer, la salvación para que volvamos a respirar profundamente sin el recelo de estarnos metiendo cuántas partículas suspendidas caben por las narices, es optar por hacer más uso de los pies y, en su caso, del transporte público. Así lo señalan los del Centro Mario Molina, quienes señalan que, puede que saliendo con tu Tsuru a comprar a la esquina de tu casa logres apantallar a las chamaconas, pero el precio a pagar es muy alto: “social por automóvil puede incluso superar su valor comercial”.
*Vía La Jornada