¿Quién se podría imaginar que mientras revisamos nuestras actualizaciones, solicitudes de amistad o simplemente viendo las vidas de los demás en Facebook, contaminamos? Creo que nadie, pero eso es verdad…
El año pasado la huella de carbono de Facebook, originada por la construcción y uso de centros de datos, espacios para oficinas, transporte aéreo para empleados y transporte para servidores, fue de 285 toneladas de gases de efecto invernadero. ¿A que no sabían eso, cierto?
La actividad en la red social emite unos 269 gramos de gases de efecto invernadero, algo así como el impacto ambiental que podría ocasionar una tasa mediana de café, tres plátanos o dos vasos de vino.
Facebook dio a conocer que en un año el total de energía utilizada en las oficinas, centros de datos y otro complejos a nivel mundial es de 532 millones de watts. De esta cifra, el 23 por ciento vino de energías limpias y renovables; 27% del carbón; 17% del gas natural y 13% de energía nuclear. El restante 20% es “energía no categorizada”, es decir, energía que se adquiere en el mercado al contado (spot market), todo esto de acuerdo a lo publicado por la red social en su sitio.
Dentro de un par de años, Mark Zuckerberg y compañía planean que el 25% de su energía venga de fuentes renovables; sin embargo, en Facebook están conscientes que el crecimiento de su empresa aumentará en los próximos años, con lo que el impacto ambiental empeorará antes de observar alguna mejoría.
Para lograr el objetivo planteado para el 2015, Facebook le dará prioridad a los sitios que tengan facilidad para obtener fuentes renovables, esto al momento de elegir locaciones para oficinas. ¿Qué tal?
Y podemos pasarnos horas y horas y horas en Facebook…