Con la autoridad que da el no haber resuelto ningún problema que aqueja a su país, el canciller mexicano, Luis Videgaray, urgió a la Organización de Estados Americanos (OEA) intervenir… digo, actuar para que los venezolanos puedan crear una solución que los haga detener la crisis que atraviesan.

Previo a la reunión en la que se discutirían dos proyectos de resolución con los que se pretende echarle la mano a Venezuela para superar sus problemas internos, el hombre que llegó a la Secretaría de Relaciones Exteriores a aprender, puso énfasis en el recrudecimiento de la violencia que se ha presentado en el país sudamericano desde el pasado 1 de abril.

“La aguda polarización que hemos observado en los últimos meses aunada al recrudecimiento de la violencia que desde el primero de abril de 2017 ha generado un creciente número de muertos y a cientos de heridos, nos obliga a todos a actuar con urgencia”, cita Reforma al canciller azteca.

Para que los representantes de los 34 países que se reunieron para analizar la situación de Venezuela se pusieran las pilas, Videgaray remarcó el hecho de que en la República Bolivariana hay falta de garantías para ejercer el derecho a manifestarse. Además, señaló que, desde que iniciaron las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro, se han incrementado el número de detenciones arbitrarias, así como la cifra de venezolanos que están siendo juzgados por tribunales militares.

En fin… por mucho que Videgaray le echó crema al asunto, los de la OEA no llegaron a un acuerdo sobre los dos proyectos presentados, lo cual provocó que se suspendiera la reunión de consulta de cancilleres sobre la situación de Venezuela. Así que deberá establecerse una nueva fecha para realizar otra reunión de consulta, la cual debe ser antes del 19 de junio, ya que en esa fecha se celebrará la Asamblea General de la organización en México.

Uno de las propuestas -liderada por EEUU- consistía en condenar la Asamblea Constituyente convocada por Nicolás Maduro, solicitar la liberación de presos políticos, detener los enjuiciamientos militares, cese total de actos violentos, buscar ayuda humanitaria y definir un calendario electoral con observación internacional. La segunda propuesta – presentado por la comunidad de países miembros del caribe- pedía a Maduro reconsiderar la salida de Venezuela de la OEA y no recogía la mayoría de las demandas del proyecto anterior.

Sin embargo, quien sí puso mucha atención a los dichos de Videgaray fue la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, quien no bajó de “infames” e “inmorales” las declaraciones que el ex de Hacienda hizo… no en la OEA, sino en entrevista con el periodista Andrés Oppenheimer.

Si creen que Videgaray se pasó cuando se pronunció con la Organización de Estados Americanos, pues verán que eso no fue nada. En la entrevista realizada en Miami, el titular de la SRE dijo que Venezuela ya no es una “democracia funcional” y que, además, tiene un gobierno con “rasgos autoritarios”. Esto se suma al hecho de que México fue uno de los primeros países en solicitar que se agendara el tema Venezuela en la OEA.

En respuesta por andar metiendo su cucharota, Delcy dio a entender que si Venezuela es todo lo que dijo el funcionario mexicano, pues México no canta mal las rancheras: “narcotráfico, asesinato de periodistas y violencia social lo convierten a México en uno de los países más peligrosos del mundo (…) México es hoy uno de los países más desiguales de nuestra región, comprometiendo seriamente el buen funcionamiento de la democracia”.

Pese a lo dicho, la canciller venezolana apuntó que esto es cuestión de gobiernos… ya entre los pueblos la cosa cambia: “Videgaray pretende lo imposible: construir un muro entre nuestros pueblos, unidos por lazos históricos de dignidad indisolubles”.

El de la SRE no se ha pronunciado respecto a los tuits de la venezolana, pero más vale que alguien le diga que “ahí muere”.

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