Cabe aclarar primero que, en China, este tipo de manifestaciones no son muy comunes, pues el gigante asiático ha reprimido sistemáticamente todas las muestras de descontento de su población, por ello, el hecho de que sean periodistas que además demandan libertad de expresión es definitivamente una noticia que le da la vuelta al globo.
En medio del debate sobre la constitucionalidad en China, desde hace un par de semanas, varios periódicos (algunos en internet) fueron cerrados por exigir libertad de expresión y las cuentas de muchos reporteros en diversas redes sociales han sido cerradas.
Todo empezó la semana pasada, cuando los reporteros del semanario Nanfang Zhoumo, uno de los más influyentes de China, se quejaron de que el Partido Comunista de China censuró la publicación del artículo de año nuevo del semanario que hablaba sobre los problemas del constitucionalismo en China y lo reemplazó por uno que celebraba los logros del partido.
La cínica censura encendió los ánimos de reporteros y académicos que se han unido en protesta a las afueras del edificio central del semanario, en la Provincia de Guangdong una de las provincias más liberales e importantes de toda China (ahí comenzaron las grandes reformas que llevaron a China a ser el gigante económico del país, es muy cercana a Hong Kong y fue el lugar que el entrante líder del Partido Comunista seleccionó para comenzar su gira por el país).
La mayoría de los manifestantes son jóvenes y cargan pancartas que dicen “La libertad de expresión no es un crimen” y “El pueblo de China quiere libertad”.
En China, todos los medios de comunicación masiva están obligados a seguir las instrucciones del departamento de propaganda del partido que se encarga de censurar todas aquellas notas que pongan en entredicho la reputación o el trabajo del máximo partido.
La maquinaria propagandística del Partido ya se ha puesto en movimiento para acallar estas protestas. Mediante un desplegado en el diario Tiempos Globales (ligado al Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista), el gobierno les recordó a los disidentes que “No importa si esta gente está contenta o no, es de sentido común que, con la realidad social y política de China hoy, es imposible tener el tipo de medios de comunicación libres con los que sueñan”, además, en el editorial se especificó que “Los medios no se convertirán, de ninguna manera, en un área política especial y si pretenden enfrentarse al gobierno, perderán sin ninguna duda”.
La censura intensificada va en contra de todo lo que Xi Jinping, secretario general del Partido, prometió al asumir su cargo, a saber, un gobierno más abierto, en consonancia con la nueva generación de líderes que llegó al poder el pasado noviembre.
De acuerdo con la organización “Reporteros sin Fronteras”, China ocupa el lugar 174 (de 179) en cuanto a la libertad de prensa de los países.
Aquí el gráfico de la organización: